EL MAYO

 LOS QUINTOS NACIDOS EN 2006 

PUSIERON DE MADRUGADA EL MAYO

A la una y veinte de la madrugada del día de hoy, primero de mayo de 2023, quedaba sujeto a la tierra, en la vertical del cielo, el mayo de los quintos y quintas nacidos en el año 2006. Después fue necesario asegurarlo bien, echando tierra a su alrededor, apretándola con firmeza y clavando las habituales estacas. Solo entonces se soltaron las manos de las tres gruesas maromas que ayudaron a elevarlo, dos tirando de él en dirección al monte, convenientemente separadas, y una para evitar una posible caída al suelo, desde el lado de la calle de Santa Ana. Un momento −el de la puesta en vertical del árbol y su posterior sujeción− que culminó con dichos quintos agrupados en un corro, dando saltos y voces de alegría, entre aplausos de los presentes y los acostumbrados gritos de “vivan los quintos”.

Si los quintos se ocuparon de las sogas, los padres, algún abuelo y otras personas se dedicaron a limpiar bien el hoyo abierto en la tierra, colocar los tablones por donde debía deslizarse la base del árbol y decidir cuándo debía tirarse de las maromas y mover las dos crucetas de madera −con forma de aspa− que iban asegurando el movimiento del mayo hasta conseguir, poco a poco, ponerlo en pie. En un lugar muy delicado, moviendo esas crucetas, por debajo del tronco, se hallaban también algunos quintos. Y entre esas personas encargadas de dirigir las maniobras estaba don Domingo, tal vez prestando auxilio espiritual en tan difíciles operaciones.

Debemos reseñar que las maniobras se retrasaron algún tiempo, ya que uno de los bordillos de la acera de la Plazuela cayó al fondo del hoyo y fue necesario sacarlo y extraer la tierra que había arrastrado.

El número de quintos participantes fue de 26, entre chicos y chicas, incluyendo un par de ellos del vecino pueblo de Alcazarén, que también pone su mayo en la plaza del Ruedo, lugar en que durante las fiestas colocan la plaza de toros portátil.

A diferencia de años anteriores el álamo se encontraba ya en la Plazuela de la Iglesia a la hora de comer, entre las dos y las tres de la tarde, en el suelo, cortadas todas sus ramas y desprovisto de su corteza, excepto en la parte inferior, que luego quedaría enterrada. Lo hemos medido con cinta métrica y ha dado 25´23 metros. Descontando 1´70 metros que tenía el hoyo, aproximadamente, la altura del mayo, a ojos vista, ascenderá a 23 metros y medio, poco más menos.  Debía de ser más alto, pues en la hierba de la Plazuela había restos de tronco que podrían pertenecer al mayo puesto. El árbol había sido cortado esa misma mañana en una de las riberas del río Eresma del despoblado de Castrejón −o Castejón, que también se dice− perteneciente a la familia Bocos.

Esta vez no se colocó en lo alto del mayo la tradicional cogolla, una rama con hojas que suele coronarlo. Solamente se puso una bandera de España con los nombres de las quintas y quintos, su año de nacimiento, y algunas otras palabras, como CAMPEONES, y CTK/DFS, cuyo significado desconocemos. Las sogas, en vez de cortarlas, han quedado recogidas a una altura inaccesible a mano. Nos han dicho que algunos años, después cortarlas, se han repartido en trocitos entre los quintos, como recuerdo.

En años anteriores hemos planteado en esta sección algunas posibles actuaciones que podrían contribuir a mejorar esta tradición tan arraigada en nuestro pueblo. No es cuestión de repetirlas de nuevo. Valoramos positivamente que las crucetas -fabricadas, y muy bien, por cierto, por la empresa CEMASA- se conserven de un año para otro, lo mismo que se hace con los armazones en que se colocan las cintas de colores que corren los quintos. Pensamos que se podría dotar al hoyo en que se introduce el mayo con unas paredes de hormigón armado, que facilitara las operaciones para colocarlo, dotándolo de una rampa descendente en el lado por donde entra el árbol. Naturalmente, debería estudiarse muy bien el asunto, sus pros y sus contras, para ver si merece la pena.

EN CUALQUIER CASO

¡Enhorabuena a todos estos jóvenes y a sus familiares más cercanos!

¡Que sean buenos chicos!

¡Vivan los quintos y las quintas de 2006!