Nos informa un vecino de que le han robado la bicicleta hoy domingo, por la mañana, en la calle de Santa Ana. La ha dejado aparcada a la puerta de una casa a la que ha entrado y cinco después, cuando ha salido, ya no estaba. “Ni rastro de ella, como si se la hubiera llevado un fantasma” -ha manifestado. Hace unos días desapareció otra en pleno centro del pueblo. Así que mucha precaución… y si la ponemos un buen candado estaremos más tranquilos, aunque nunca del todo.
Sabemos de otro caso sucedido hace un par de meses en que le desapareció la bici a una mujer que la dejó cerca de la iglesia mientras oía misa. Milagrosamente, apareció pasados unos días, en otro lugar, cuando ya la daba por perdida definitivamente.
A otra persona la quitaron una bici y luego la encontraron a la entrada de Íscar. Se ve que alguien la había cogido para regresar a casa, pero tuvo la amabilidad de dejarla a la vista para que su dueño pudiera recuperarla.
A quien escribe estas líneas le birlaron una buena bici de montaña hace muchos años, también un domingo, al mediodía, en las mismas circunstancias. La calle en que la dejé no estaba asfaltada entonces y había llovido. Las huellas de las ruedas me llevaron hasta el asfalto de la carretera de Villaverde, donde ya se había perdido el rastro.
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