Revisando mensajes sobre la plaga arbórea que viene afectando a los plátanos, me he encontrado casualmente con esta foto de hace algunos años en la que se puede ver al fondo y a la derecha parte del pino cincuentenario que se hallaba entre las Escuelas de Infantil y el Centro de Cultura, pero que lamentablemente fue talado en el verano de 2017.
Escuelas de Infantil, 3 de julio de 2013.
Se trataba de un magnífico ejemplar de pino piñonero, que databa aproximadamente de mediados de los 60 y cuya copa característica se podía divisar bastante bien desde las calles de alrededor, por lo que llamaba mucho la atención de algunos visitantes foráneos que acudían al Centro. Es una verdadera lástima que no se le haya conservado allí, con la mínima atención que requería por parte del Ayuntamiento.
Además, el chopo que sobresale a la izquierda también fue eliminado por las mismas fechas, aunque era uno de los últimos ejemplares de su especie que quedaba en esa zona del municipio donde antaño existió una buena chopera.
Ya he comentado en alguna ocasión que antes de cortar árboles en el pueblo -pues ya se han talado muchos en estos años- habría que pensar un poco en el tiempo que les ha llevado desarrollarse y en la importancia ecológica que tienen para nuestro entorno, además de en la función ornamental que también prestan al espacio donde se hallan ubicados, incluyendo, por supuesto, las zonas verdes. Sobre esto ya hay una clara recomendación al Ayuntamiento del Procurador del Común y creo que sus regidores políticos la deberían tener en cuenta, pues el arbolado urbano es una parte importante del patrimonio municipal.
Por cierto, que dicha plaga también ha causado ya algunas bajas por aquí, y en esta temporada sigue afectando bastante a casi todos los plátanos de sombra que hay en Pedrajas, a pesar del tratamiento de endoterapia que se les aplicó el año pasado. En realidad, los únicos que se salvan completamente de esa epidemia son los que se encuentran en el parque Jardines de Castilla, que precisamente son los pocos que se libran en otoño del severo recorte anual.
J. BARRIOS
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