La lluvia, que ha caído en Pedrajas gran parte de la mañana, ha dado un respiro por la tarde y ha permitido la celebración de la procesión a las ocho de la tarde, ya anochecido. Ante la presencia en los alrededores de negros nubarrones se ha decidido cambiar el itinerario de otros años y permanecer siempre cerca del templo, por si la lluvia volvía a caer.
Por eso la procesión con las imágenes de Cristo atado a la columna y Nuestra Señora del Rosario ha recorrido parte de la Plazuela, pasando por casa parroquial, ha bajado por la calle de Santa Ana hasta la Ronda del mismo nombre y ha subido de nuevo hasta la iglesia por la calle de San Esteban.
En el templo, antes de salir y después regresar, y por las calles citada se ha ido parando de vez en cuando para recitar don Domingo, a modo de oración y reflexión, el Viacrucis, compuesto en verso por el poeta Gerardo Diego.
Sexta Estación
[Verónica limpia el rostro de Jesús]
Fluye sangre de tus sienes
hasta cegarte los ojos.
Cubierto de hilillos rojos
el morado rostro tienes.
Y al contemplar cómo vienes,
una mujer se atraviesa,
te enjuga el rostro y te besa.
La llamaban la Verónica.
Y exacta tu faz agónica
en el lienzo queda impresa.
Si a imagen y semejanza
tuya, Señor, nos hiciste,
de tu imagen me reviste
firme a olvido y a mudanza.
Será mayor mi confianza
si en mi alma dejas la huella
de tu boca que nos sella
blancas promesas de paz,
de tu dolorida faz,
de tu mirada de estrella.
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