miércoles, 10 de marzo de 2021

VILLA VERDE

En las primeras décadas del siglo XX parece ser que estuvo de moda, entre las gentes de buena posición económica, la creación de fincas rústicas con viñedo, árboles frutales y casa de campo, dedicadas al esparcimiento de las familias de sus propietarios. 

Todos hemos oído hablar de El Cotarrón, propiedad de don Ciriaco de Castro y doña Francisca Bocos Cano; La Manteca, creada por don Rufino Cano de Rueda y doña Felisa Lozano Pérez; el majuelo y caseta de La Bomba, perteneciente a don Francisco Bocos Cano y doña Pilar Santamaría.

Pero si os preguntáramos por una finca denominada Villa Verde, en el término de Pedrajas, ¿sabríais decir en qué paraje se encontraba? Seguramente, no. Don Eugenio Moral del Río fue farmacéutico titular de Pedrajas durante 47 años, desde 1866 hasta 1913. Su vivienda y oficina de farmacia estaban situadas en la Plazuela de San Agustín, esquina a calle San Esteban, en el lugar que actualmente ocupan el restaurante Manhattan y la casa de al lado. Era natural de Boecillo y su esposa, doña Narcisa Alonso Villanueva, de Matapozuelos.

Pues bien, don Eugenio mandó plantar un majuelo al pie de las laderas del Monte, enfrente del cementerio, rodeándolo de almendros y acacias, que todavía subsisten en parte. Entre las parras de uva, había diversos árboles frutales, sobresaliendo entre ellos un tilo, situado a la entrada, junto a un pozo. En lo alto de la finca construyó una casita de campo, en una de cuyas paredes podía leerse VILLA VERDE, el nombre que dio a la finca. Las letras que componían este rótulo eran como baldosas de color rojo, sujetas a la pared con clavos.

Una persona mayor de nuestro pueblo me contó una vez –no sé si será verdad- que en cierta ocasión algunos desconocidos empezaron a comerle las guindas de su majuelo a don Eugenio. A este, ideando cómo poner remedio a la situación, se le ocurrió echar unos polvos en las guindas, que causaron fuertes dolores de barriga a los infractores, viéndose obligados a acudir al boticario del pueblo en busca de remedio. Y este los estaba esperando…

Con el paso de los años, la finca pasó a pertenecer a la señora Felicitas García Rubio, por lo que empezó a conocerse con el nombre de majuelo de la señora Felicitas. Después, se arrancaron las cepas y el sitio volvió a ser una tierra de cultivo. A su alrededor –ya lo hemos señalado- perviven algunas acacias y almendros. Unos almendros que este año, antes de llegar la primavera, han vuelto a florecer. No son tan numerosos como los de El Cotarrón, pero merecen igualmente una visita… y están bien cerca del pueblo.

EL MAJUELO DE LA SEÑORA FELICITAS

antes 

VILLA VERDE

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7 de marzo de 2021







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