miércoles, 22 de abril de 2020

DÍAS DE CINE

Hay personas y familias que tienen un peso específico en las ciudades y pueblos donde viven, no quizá por su riqueza material, o su influencia directa y palpable, sino por lo que hacen como tarea cotidiana incorporada a su vida. Una de estas familias es la familia García sosteniendo, contra viento y marea,70/80? años de cine en Pedrajas: en buenos tiempos y en tiempos difíciles; cuando el cine era la diversión estrella de chicos y grandes y cuando le habían salido demasiados competidores y ha habido que mantener el tipo. Esta familia, a base de resistir y de trabajar a fondo, ha logrado mantener esa ventana cultural abierta y ofrecer, hoy, un producto altamente competitivo, al brindar películas que no vamos a ver ni mejores ni más modernas en una sala de la ciudad más adelantada.


Claro, considero que el cine es medio cultural imprescindible, una puerta que se abre para mostrarnos nuevas ideas, el conocimiento de otras realidades, otros países, otras gentes con sus diversas costumbres, haciendo que se flexibilice y modifique nuestro concepto del mundo. 

Los de mi generación, que crecimos a la sombra de las películas que nos brindaban las dos salas que entonces había: "el cine del señor Eusebio y el cine de César", podemos hacer recuento de su historia: el cine mudo?, no lo recuerdo, tengo una ligera noción por lo que contaban mis padres, pero en blanco y negro, en tecnicolor, en alta definición la digitalización: La historia de Roma, El Cid Campeador, Mujercitas, episodios de las guerras mundiales, historias de amor, drama, comedia, humor, nuestro cine costumbrista que dio origen a la expresión despectiva "Españolada "que desgraciadamente pervive en algunas personas, alejadas del medio, y así sucesivamente, hasta llegar al cambio político, al destape y al grandioso cine español actual con su elenco de formidables directores, actores, guionistas… trabajando sin complejos en cualquier punto del mundo. Os doy las gracias por el tiempo vivido en la oscuridad de una sala de cine y por creer con tanta fe en lo que hacíais, manteniendo este bien cultural con tanto empeño.

Ahora pasamos un mal momento, pero algún día, todo volverá a su sitio. Cuando esto pase, Pedrajas debe plantearse un reconocimiento público, no diría yo a vosotros en particular, que sí lo merecéis, sino a la familia en general, desde vuestro abuelo Eusebio, que debía ser un visionario un poco lunático, pasando por todos los García que habéis regentado el negocio. 

Esto tenía yo escrito inspirado por la emoción que me suscito la visualización de las imágenes obtenidas mediante el Dron de los pinares del pueblo y más detenidamente la del entorno de Sacedón, publicado en Pedrajas.net el día 14. Abandoné después la idea por considerar que estábamos en un mal momento para agradecer, aunque, para ello, siempre debe ser buen momento, esperando mejor ocasión, ya que es una idea que hace tiempo me ronda, la de reconocer a una familia que, contra viento y marea, ha mantenido esa ventana abierta al mundo, en un pueblo que sin cine, hubiera sido otra cosa.

Abro la página de Pedrajas.net y me encuentro con vuestra entrevista publicada en El Día de Valladolid (lunes 20 de abril de 2020). En ella os quejáis de la situación en que se encuentra el sector debido a la crisis actual, pero también a las dificultades para proporcionar buenas películas a una población no tan apetecible económicamente, primando, de nuevo, el negocio por encima del bien cultural. Comprendo vuestra situación y me ha apenado mucho la idea de perder el cine en Pedrajas. 

Quiero comunicaros una pequeña conversación que hace años mantuve con, creo que se llama Sara Lobejón, de Íscar. En esos momentos ellos cerraban el cine para convertirlo en un supermercado. Yo comenté, alegrándome, que vosotros seguíais, ella respondió:

- El cine no es viable en un pueblo, cuando quieres traer una película ya está en Internet o han ido a verla a Valladolid.

A pesar de estos inconvenientes, habéis aguantado veinte años, habéis transformado y lo habéis hecho competitivo con las salas de la capital. Pase lo que pase, sigo dándoos las gracias por vuestra aportación a la cultura y modernización del pueblo y sigo pensando en la necesidad de reconocer públicamente vuestra labor.

Añado: mientras llega el momento, la mejor manera de homenajear, es asistir a la sala de cine. 
La magia de sentarse, con las luces apagadas, frente  la pantalla y envueltos por el sonido, es insustituible. 

Barcelona, 20 de abril de 2020
Teresa González Lozano

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