La niebla envolvía ayer Pedrajas en un halo de magia cuando sus majestades los Reyes Magos del Oriente entraban en el pueblo desde los pinares que nos rodean por el mediodía. El día empezaba ya a declinar cuando rendían visita a la residencia de la tercera edad “Hogar Betania” para saludar a sus moradores, que se hallaban reunidos en el salón de actos, y entregarles una bolsa de bombones como obsequio del Ayuntamiento, representado por Alfonso, nuestro alcalde. La Residencia, por su parte, invitó a los Reyes, a su séquito y a los familiares visitantes a tomar unos dulces propios de estos días navideños.
Concluida tan importante visita, Sus Majestades volvieron sobre sus pasos hasta el frontón municipal donde les esperaba el resto de su comitiva. Acompañadas por la rondalla Las Mañanitas y por las niñas y mujeres del grupo de danzas tradicionales Estepa castellana, con sus blancos trajes llenos de luces, las carrozas en que iban montados los Reyes y sus respectivos pajes, salieron en brillante cabalgata hacia el centro del pueblo para entrevistarse con el malvado rey Herodes, que descansaba con sus concubinas en el palacio de la plazuela de la Eclesia. En calidad de heraldos, los precedían dos jovencitas que guardaban gran parecido con dos de las reinas de las pasadas fiestas patronales.
Acabado el breve encuentro con Herodes, siguiendo a la estrella que los guiaba, Melchor, Gaspar y Baltasar, aclamados por un numeroso gentío se encaminaron al portal de Belén, representado en la Plaza Mayor de la villa. Arrodillados ante el Niño Jesús, lo adoraron y le entregaron oro, incienso y mirra, como Rey, Dios y Hombre. Seguidamente, subieron al balcón de la Casa Consistorial para dirigir unas palabras a los niños del pueblo y lanzar sobre sus cabezas cientos de caramelos. Finalizada la alocución, en su honor, una colección de fuegos de artificio llenó de luz y de color los cielos de Pedrajas.
Antes de empezar a recorrer las casas para entregar a cada niño sus regalos, Sus Majestades se sentaron en lo alto de un estrado para conversar un rato con todos los que lo desearon, sentados en su regazo. Y como anticipo de regalos más importantes, una bolsa de chuches para cada uno. A medida que avanzaba la noche, la niebla intensificó el frío invernal, pero lo compensaba el calor que latía en todos los corazones, especialmente en el de los niños aún inocentes.
Feliz Día de Reyes a todo el pueblo
y
gracias a todas las personas y entidades
que se implican cada año en la preparación de nuestra cabalgata.
IMÁGENES DE LA CELEBRACIÓN
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