Hace una semana publicaba El Norte de Castilla un reportaje sobre Antonio de la Rosa, un aventurero nacido en Íscar (1969), que luego vivió en Pedrajas, antes de marchar su familia a Valladolid.
Hemos preguntado para averiguar si alguien de nuestro pueblo sabía algo de esa familia y de las circunstancias que la trajo hasta aquí, pero ha sido en vano. No obstante, aquí tenéis el reportaje que hemos mencionado y el enlace a un vídeo en el que el citado aventurero explica en qué va a consistir la gesta que pretende lograr.
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Antonio de la Rosa rompe sus límites
El aventurero vallisoletano intentará ser el primer humano que cruce 3.050 kms de la Antártida en solitario y con transporte autosuficiente
ENLACE
https://www.youtube.com/watch?v=VULmWgsVpAw
Antonio de la Rosa, entrenando con su embarcación con remos y vela. / A. R.
ANTONIO CORBILLÓN
El Norte de Castilla, martes, 29 noviembre 2022
«Sé dónde están mis límites», insiste el aventurero vallisoletano Antonio de la Rosa (Íscar, 1969) que en enero comenzará el reto más complicado de los muchos a los que se ha enfrentado. Tan complicado que él mismo admite que «a veces me parece casi imposible y hay muchas circunstancias para fracasar». La expedición 'Antártico, remando en solitario' comenzará a principios de enero de 2023 en el Cabo de Hornos, en Tierra de Fuego (la punta del mapa de América que comparten Chile y Argentina). Allí intentará cruzar remando en soledad los mil kilómetros que separan el continente hacia el polo a través del llamado pasaje de Drake (mar de Hoces para los españoles). Lo hará sobre su pequeña embarcación a remo, de apenas siete metros de largo y 1,5 de ancho.
Su idea es lanzarse al mar «cuando encuentre una 'ventana de buen tiempo' y viento norte que me separen de la costa 60 o 70 millas (unos 100 kms)». Es la única manera de salir del 'embudo' de aguas salvajes de aquel lugar con vientos de 150 kilómetros y olas habituales de 8 a 10 metros. Unas condiciones que le exigirán jornadas de remo de 20 a 22 horas diarias. «Remaré los días que pueda y, cuando no sea posible, permaneceré a resguardado en la cabina».
Si logra cruzar el brazo de mar más temido del planeta y alcanza alguna de las islas de la península Antártica, la segunda parte le llevará a convertir su vehículo en un pequeño velero con una vela triangular para intentar llegar desde ese primer punto hasta la isla Elefante y desde allí intentar alcanzar las tierras de Georgia del Sur (isla de San Pedro). Nada menos que 2.000 kilómetros. La tercera y última etapa serán 'apenas' 50 kilómetros por tierra en los que trataría de cruzar esquiando la isla de Georgia del Sur de oeste a este.
De la Rosa, en la cabina de su embarcación. / A. R.
Más de un mes
No hay calendario para algo así. Pero, si todo va bien, «espero lograrlo en 35 o 40 días», explica de la Rosa que este martes ha presentado su aventura en la Sociedad Geográfica Española en Madrid.
La elección del recorrido no ha sido al azar. De la Rosa pretende rendir homenaje a «los exploradores españoles que llegaron aquí antes que los británicos o los nórdicos, aunque luego hayan sido ellos los que se han llevado la fama», explica a El Norte. Se refiere a Francisco de Hoces, quien en 1526 y mucho antes que Francis Drake, descubrió el paso interoceánico al sur del estrecho de Magallanes al mando de la carabela San Lesmes, dentro de la expedición Loaisa-Elcano. O al marino Gregorio Jerez, que en 1756, casi un cuarto de siglo antes de que James Cook desembarcara en ella, había llegado a la isla Georgia del Sur (le dio el nombre de San Pedro, que aún permanece).
En este reto en solitario será clave la logística. Todo está pensado para el mínimo consumo y máxima capacidad de recarga de su sistema de navegación. Vivaqueará agua de su desalinizadora y se alimentará de comida liofilizada que solo necesitará hidratar con agua caliente. Sus grandes enemigos: el fortísimo viento, las olas del tamaño de un edificio de tres pisos… además de los icebergs flotantes y hasta las orcas, abundantes en estas latitudes.
Nadie hasta ahora se ha atrevido con un reto como 'Antártico, remando en solitario'. Antonio de la Rosa asegura estar «en mi mejor mejor momento de madurez personal y como aventurero». A sus 53 años, acumula 12 expediciones en solitario desde 2009. Algunas tan extremas como la travesía a remo en solitario del Atlántico (la hizo en 64 días); la ruta con esquís Iditarod (1.510 kilómetros de punta a punta en Alaska); el viaje en una tabla de paddle surf desde California a Hawaii; o ser el primer humano navega durante 800 kilómetros, también en una especie de tabla hinchable de paddle surf, desde Groenlandia hasta Canadá por encima del Círculo Polar Ártico.
Íscar, Pedrajas y Valladolid
Nacido en Íscar, vivió unos años en Pedrajas de San Esteban antes de pasar su adolescencia y juventud en Valladolid. Se marchó a Madrid tras ser el más joven (19 años) en sacar plaza de bombero. Ahora vive en la sierra madrileña. Inició después una carrera de deportes extremos como el Quadratlon (natación, bicicleta, piragua y carrera a pie) en los que logró podiums nacionales y internacionales. Durante años fue capitán del equipo de aventuras Red Bull Internacional con que logró grandes éxitos en los 'raids' (pruebas extremas) más exigentes.
'Antártico, remando en solitario' arranca después de tener que posponerlo durante tres años por la covid (que él también sufrió). «He dedicado estos últimos años a entrenar y tengo más conocimiento y preparación mental que nunca. Me hará falta», confiesa el aventurero.
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