Lunes de Pasión anticipado en Pedrajas para despedir como se merecía a nuestro querido Julio César. Lunes de Pasión, camino de la iglesia, emocionados con los sones de la marcha procesional “Mater mea”, interpretada por la banda de la asociación musical “Perindola”, de nuestra villa, de la que Julio formaba parte desde el mismo momento de su fundación. Detrás del furgón fúnebre, el féretro, llevado a hombros por algunos de sus mejores amigos. Por delante de tan numeroso acompañamiento, el coche de la Policía Municipal de Pedrajas que tantas veces vimos conducir a Julio.
Como en la iglesia no se cabía, don Domingo ha pedido que se abrieran las puertas de atrás para que todos los presentes pudieran participar en la ceremonia de la despedida, aunque se fuera la calefacción. En el sermón, sus palabras se han centrado en la idea de poner la esperanza en el corazón.
Al acabar el funeral religioso, Pablo, el hijo de Julio, ha pronunciado unas breves, aunque certeras palabras, dando las gracias por todo el cariño que la familia estaba recibiendo, añadiendo −embargado por el dolor− que estaba super orgulloso de su padre, tanto como lo estaba él de su pueblo.
Ya en la calle, a la puerta principal del templo, con muchísima gente congregada, la banda de música ha tocado otra marcha procesional tan conocida como emocionante, “La Saeta”, coronada con el aplauso de todos los presentes. Los mismos aplausos con que se ha rendido homenaje a Julio al emprender la comitiva la marcha definitiva hacia el cementerio de Nuestra Señora del Carmen, frente a las laderas del monte.
Descansa en paz, amigo Julio.
Allá en lo alto de los cielos, cómo no vas a sentirte todo orgulloso de haber dejado tantos amigos en la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario