SAN AGUSTÍN 2017 – 4

LLEGARON LAS LLUVIAS

Sábado, 25

Finalizábamos nuestra crónica de ayer hablando de la primera novillada del certamen “El Piñón de España”. Algunos de los que acudieron a ella han coincidido en que los novilleros no supieron sacar partido a unos novillos tan buenos, que tan buena impresión causaron en la carrera del encierro de por la mañana. A pesar de que se cortaran dos orejas, una de ellas por el iscariense Darío Domínguez.

Después, por la noche, recién comenzado un nuevo día, segundo toro del cajón y suelta de novillos por las calles. A simple vista, menos gente que el día anterior, pero buen ambiente. Queremos comentar dos situaciones.

La primera, que un niño y una niña, de unos ocho años de edad, subieron y bajaron varias veces hasta lo más alto de la fuente de la Plaza de la Hispanidad, para ver el paso de los novillos, con mucho peligro para ellos mismos y para otras personas sentadas debajo. El día anterior, a esa misma hora, pasó lo mismo. Nosotros, situados en los balcones de una de las casas de la calle del Alamar, nada pudimos hacer hasta acabar el encierro, en que comentamos el hecho a alguien con autoridad, que enseguida fue a hablar con el padre de los niños. Su respuesta, la del padre, fue algo así como que ya había comprobado él antes la solidez de la fuente.

La segunda nos la contó un vecino del pueblo con el que nos cruzamos por la calle, camino de la Plaza Mayor. Dijo que estaba indignado porque había visto a muchos menores, chicos de once, doce años de edad, aproximadamente, participando en el encierro situados en las talanqueras. La primera responsabilidad, naturalmente, es la de sus padres. Luego, la de las fuerzas de orden público y restantes autoridades, no sabríamos decir en qué orden. Y también de los vecinos adultos en general, que podemos estar al tanto de estas situaciones y llamar la atención sobre ellas. Luego, cuando pasan las cosas, todo son lamentaciones.

A la una de la mañana comenzó la verbena en la Plaza Mayor, a cargo de “Mandala Macro Show”, espectáculo en directo, con música grabada. Allí, en la Plaza, se concentró la animación. Hubo en momento, a eso de las dos y media de la madrugada, en que cayeron cuatro gotas y la gente empezó a refugiarse donde podía.

Domingo, 27, por fin la lluvia

La mañana de hoy, domingo, ha amanecido con el cielo cubierto de nubes, amenazando lluvia. “No olvide su paraguas”, anunciaba la pantalla de mi teléfono móvil, sin pedirle información. Poco después de las diez de la mañana, en los toriles de la Ronda de Santa Ana se estaban desencajonando ya los novillos de la corrida de por la tarde, empleando una escalera metálica diseñada para este cometido. Ha empezado a llover con fuerza y cada uno ha tenido que buscar refugio donde ha podido. En algunos corrillos, se hablaba del primer encierro de las fiestas de Cuéllar, celebrado esta misma mañana. Son muchos los aficionados que desde esa villa segoviana vienen hasta Pedrajas para asistir a nuestro encierro dominical.

A las once en punto todo estaba a punto, novillos y bueyes preparados para salir a la calle. Llovía, aunque mansamente, y se ha decidido esperar un poco, a ver si descampaba. Cuando la lluvia ha dejado de caer, han estallado los cohetes anunciando el comienzo del encierro y la manada se ha encaminado, muy unida, hacia el coso de la calle del Alamar. Encerrados los novillos en los toriles, se ha dado suelta por las calles a cuatro novillos de días pasados, grandes y muy bien presentados, que han dado bastante juego.

Un rato de descanso, hablando con unos y con otros, y a la iglesia, al funeral por los difuntos de la parroquia. Todo el mundo con sus paraguas, pues ahora volvía a llover con fuerza. En el pórtico, las reinas de las fiestas, con vestidos negros, mantillas y peinetas. Don Domingo, tan contento, al ver la iglesia llena de gente, así lo ha manifestado.

A la hora de acabar de escribir estas palabras, han cesado los mariachis del café concierto de la Plaza Mayor y nos llegan los ecos de una marcha interpretada por la Banda de Música de Pedrajas, precediendo a las autoridades y reinas de las fiestas, camino de la Plaza de Toros, para asistir a la segunda novillada del certamen “El Piñón de España”. El cielo, encapotado, nunca mejor dicho, y soplando con fuerza el viento.