La parroquia de Pedrajas celebró ayer domingo, por la mañana, la festividad del Corpus Christi, que tuvo, una vez más, como principales protagonistas a los niños que el pasado 21 de mayo recibieron la primera comunión, en la pradera de Sacedón. Con sus lecturas, cánticos y ofrendas tomaron parte activa en la celebración eucarística, en presencia de sus padres, autoridades municipales y miembros de la cofradía del Santísimo Sacramento.
Concluida la eucaristía, se salió en procesión por las calles del pueblo siguiendo el itinerario tradicional. La portada principal de la iglesia estaba adornada con la tradicional enramada colocada a altas horas de la madrugada por los quintos, que no pudieron ponerla el día de la primera comunión por haberse celebrado esta en Sacedón y no en la iglesia, lugar habitual. Esparcidas por el suelo, ramitas de romero y de hierba buena, que llenaban de aromas el paso de las gentes al entrar y al salir.
Abriendo la marcha, la banda de música de Pedrajas, que inició la marcha por la calle Real Vieja. Tras de ella, los niños y niñas de primera comunión, dirigidos por sus catequistas, arrojando pétalos de rosas al paso del Santísimo Sacramento, en manos de don Domingo, bajo palio, acompañado por la mayordoma y diputados de la cofradía del Santísimo, portando las varas con sus insignias.
Fueron tres, un año más, los altares erigidos por personas de devoción a lo largo del recorrido: el primero, en la plazuela de la Fuente del Caño, preparado por la señora Lucía Domínguez Cerracín, ayudada por personas de su confianza. Desde allí la procesión siguió por la carretera de Alcazarén hasta la plazoleta de la calle Maragatos, donde Paqui Merlo, Celia Rupérez y Mercedes Herrero Rupérez, acompañadas por algunas vecinas, habían instalado un segundo altar, continuando con una tradición familiar heredada de la señora Teresa Merino Martín, que allí tenía su casa.
Reanudada la marcha, a la altura de la calle del Consistorio la procesión se encaminó por la calle de la Iglesia hasta regresar a la plazuela de San Agustín, donde se encontraba el tercero y último de los altares, que levantan las mujeres de la Asociación Cultural “Santa Águeda”, a la sombra de los árboles.
RELEVO EN LA COFRADÍA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Concluida la procesión, en el interior del templo, se reunió en cabildo general la cofradía del Santísimo Sacramento, que celebra una de sus fiestas principales. El objetivo de la reunión era la entrega de insignias entre los oficiales entrantes y salientes de la cofradía. Al pie de la grada del altar mayor, en presencia de don Domingo, abad de la cofradía, Guzmán Salamanca Sanz recibió la vara e insignia de mayordomo de su antecesora en el cargo, Elena Sanz de Pedro. A continuación, besando la vara de la mayordoma y colocándole la medalla de la cofradía, ingresó en la hermandad una nueva hermana, María Luisa Sanz Plaza. El sábado, por la tarde, se celebró una misa por todos los hermanos difuntos de la cofradía.
IMÁGENES DE LA CELEBRACIÓN
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