Junto al cementerio de nuestro pueblo existe un terreno plantado de árboles, de propiedad municipal, adquirido hace ya bastantes años por si fuera necesaria una nueva ampliación del camposanto. Se puede atravesar a pie o en bici para llegar al cementerio o proseguir por el camino que conduce a Íscar.
Es un lugar muy agradable, especialmente ahora, en primavera, que todo el campo se halla tan verde. Por estos mismos motivos es un sitio en el que algunos personas suelen reunirse para beber, dejando muchas veces todo lleno de botellas de vidrio, latas de bebidas, vasos de plástico, cajetillas de tabaco, etc. Lo habitual en estas situaciones.
Hace una semana, más o menos, pasamos por allí y observamos que alguien había recogido en un montón muchos de esos residuos. Hoy hemos vuelto al lugar y el montón había desaparecido, por lo que hemos supuesto que la misma personas o personas se habían encargado de recogerlo y llevarlo al contenedor de la basura o al punto limpio. Es una pequeña acción por el medio ambiente que todos podemos realizar sin apenas esfuerzo y que contribuye a disfrutar de un pueblo más limpio y más sano.
Ese paraje limita con la parte más alta de la finca conocida como La Manteca, que está cercada con una valla de alambre y se encuentra en esa zona llena de los residuos antes citados, que solo pueden retirarse desde el interior. Ya se sabe, usar y tirar... al suelo.
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