Tere, me dirijo a ti como amiga, prima y sobre todo quinta.
La última celebración que hemos tenido los quintos nacidos en el año 1938 fue el 22 de
julio de 2018. No todos participaron, sino los que pudieron asistir.
Como estábamos en contacto, la verdad tan convencida estaba de que llegabas el día 21,
que por la noche llamé a tu cuñada Piedad con el fin de que te dijera que fueras pronto a la
iglesia para hablar antes un poco las dos y pensando que como buena poeta tendrías algún
poema preparado para los quintos y lo leyeras en la iglesia, y el que yo había preparado se
lo entregábamos durante la comida. Lo sentí cuando Piedad me dijo que al final no habías
podido venir, que vendrías a la semana siguiente, pero ya no había tiempo para poderlo
aplazar.
A todos los quintos y quintas que por alguna circunstancia no pudisteis estar, os tuvimos
muy presentes en la celebración.
Con tantos compromisos, Tere, no me extraña que los días de estar en Pedrajas se te
pasaran volando y aunque Dios te multiplicara como los panes y los peces, no tendrías
tiempo para poder compartir momentos con todos. A veces nos encontrábamos, nos
saludábamos y nos decíamos “Tenemos que vernos, pero más despacio, con más tiempo“.
Hasta eso me enorgullece de ti, por tener tantas personas que queríamos estar contigo,
aunque solo fuera un momento.
De las últimas veces que te acercaste a casa, recuerdo estas palabras: “Solo saludarnos y
nos vamos, ni sentarnos podemos, mañana nos vamos a Barcelona “.
Una vez estuvimos en una excursión a Santander, tardaste en decidirte, nos tocaron los
últimos asientos, lo pasamos muy bien, cantando y animando a todas.
Tere, siempre recordaré los buenos momentos juntas en los que hemos podido charlar, reír
y disfrutar de una buena amistad.
Te voy a echar de menos, Tere. Tus poemas y escritos me encantan. Siempre que escribías
algo en la página de Carlos me causaba una gran alegría y me pasaba días leyéndolos una y
otra vez.
Me han gustado mucho los escritos que te van haciendo: tu sobrina Nuria, Carlos (El
cartero), Rosa (la maestra), la prima Raquel, Víctor (Garrapo), Francisco Javier López
Barbero, Socorro... por todos unas lágrimas han corrido por mis mejillas.
Siempre te recordaré hablando con esa sonrisa que te caracterizaba, transmitiendo
amistad y confianza, procurando ayudar a los demás en lo que necesitaran.
Gracias, Tere, por ser como eras, siempre dispuesta a ayudar, por ese espíritu de entrega y
muy humanitario que te llevaba hasta otros continentes para poder echar una mano allá
donde fueras.
Seguro que nuestro Padre Celestial te ha preparado un gran aposento donde podrás
descansar en paz.
Un fuerte abrazo, Tere. Me despido de ti hasta que en el cielo nos volvamos a encontrar.
Pili
Pilar Colado de La Fuente
Pedrajas de San Esteban, 26 de abril 2021
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