sábado, 8 de agosto de 2020

VACACIONES EN UN PEDRAJAS CONFINADO

Familia Giné Algeciras: «De haber sabido lo del confinamiento horas antes, no nos habríamos puesto en carretera»

CRUZ CATALINA

Pedrajas de San Esteban

El Norte de Castilla, viernes, 7 agosto 2020, 08:01

Residentes habitualmente en un municipio barcelonés de la comarca del Bajo Llobregat, José Giné, junto a su esposa Anna Algeciras y sus hijos Pol y Nil, tienen su segunda residencia en Pedrajas de San Esteban, pueblo natal de la madre del cabeza de familia. Cada año pasan prácticamente todo agosto en la casa disfrutando además del entorno natural, el buen ambiente y todos los recursos y posibilidades que ofrece el municipio, y de los dos festejos patronales de la villa piñonera en honor a San Esteban y San Agustín.

A buen seguro las vacaciones de este año no las olvidarán con facilidad. El 24 de julio llegaron José y Nil, este último dispuesto a pasar el mejor verano de su vida con sus amigos pedrajeros preparando la peña y después en fiestas, tras los largos meses de confinamiento. Posteriormente, el 1 de agosto, arribaron Anna y Pol, a quienes apenas pusieron pie en tierras vallisoletanas les sorprendió la noticia de que la Junta, a falta de la autorización de un juzgado, había decidido restringir la libre entrada y salida de personas de Pedrajas de San Esteban y la vecina Íscar durante 14 días. Era la consecuencia de la creciente expansión de un brote de coronavirus con más de medio centenar de positivos que afectaba directamente a ambas localidades.

El decreto entró en vigor justo al día siguiente, el pasado domingo. «Un confinamiento no en toda regla como el vivido entre los meses de marzo y junio, pero al fin y al cabo, se denomine como se quiera, no deja de serlo», señala José. Noticia que hizo que a Anna casi se le viniera el mundo encima. «Si la existencia de ese decreto de confinamiento la hubiéramos conocido unas horas antes, no nos habríamos puesto en carretera. Por responsabilidad nos hubiésemos quedado allí, porque además allí tengo a mis padres que son mayores y por tanto personas de riesgo. Me hubiera dolido mucho que se quedaran aquí solos mi esposo y mi hijo pequeño, pero en fin… ahora ya no nos queda otra que apechugar con esta situación que espero pase pronto por el bien de todos», dice.

«Nos hicimos la PCR por nosotros y sobre todo por las personas con las que nos relacionamos»

PRECAUCIÓN

Precisamente por esa responsabilidad a la que alude, habida cuenta de que ella trabaja en una farmacia, un par de días antes de poner rumbo a Pedrajas toda la familia se sometió a la prueba PCR. «Por nosotros mismos, y sobre todo por todas esas personas con las que de forma habitual nos relacionamos estos días de vacaciones, quisimos asegurarnos de que estábamos sanos dado que en muchas zonas de Cataluña la situación no está mucho mejor de lo que esta aquí», explica Anna.

Y aunque el encierro se les hace un poco más llevadero en Pedrajas que en su domicilio habitual, tanto José como Anna y Pol, con 21 años recién cumplidos, coinciden en que se les hace duro «porque no nos podemos mover, con el añadido en nuestro caso de que es una segunda residencia; y porque las cosas que nos gusta hacer cuando venimos, como alguna escapada de una jornada por la provincia de Valladolid o por las provincias limítrofes, no son posibles», lamentan.

Sin piscina ni biblioteca

Pero también porque la oferta lúdica y de ocio se ha reducido a nada. «La piscina y la biblioteca están cerradas, la poca actividad cultural y deportiva programada se ha suspendido y también las fiestas, luego poco es lo que podemos hacer salvo salir a pasear, tomar algo en una terraza o pasar el rato en el patio al fresco», indica Anna, quien no oculta que llora en algunos momentos por esta situación mientras reflexiona si la medida es la más acertada o tal vez un poco exagerada, con el fin de meter miedo en el cuerpo a la gente para que acate las normas.

Aunque su estancia habitual siempre ha sido hasta casi finalizadas las fiestas de San Agustín, no descartan adelantar su regreso a tierras catalanas. «Sin duda quien peor lo puede pasar es mi hermano, para él las vacaciones están asociadas a Pedrajas y una vuelta de forma precipitada, aunque es consciente de lo que está pasando, es un palo», apostilla Pol.

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