miércoles, 28 de septiembre de 2016

LA CARRETERA CUÉLLAR-OLMEDO

BREVE HISTORIA DE UNA OBRA VITAL PARA PEDRAJAS

Las máquinas que están renovando el firme de la carretera CL-602 ya se encuentran trabajando en el témino de Pedrajas. Eso sí, han dejado para más adelante la travesía del pueblo, ahora denominada Avenida de España, hasta la rotonda de los Salvegueros, porque antes tienen que quitar parte del asfalto existente para que no se eleve demasiado el nivel del firme.




Cantón que indicaba el kilómetro 25 de la carretera Cuéllar-Olmedo, 
después conocida como Comarcal 112.

La construcción de esta carretera entre Cuéllar y Olmedo supuso en su época un avance muy importante en las comunicaciones para los vecinos de nuestra villa porque nos unía con una vía de primer orden, como era la carretera de Madrid a Valladolid. También con la línea del ferrocarril de Segovia a Medina del Campo, que había empezado a funcionar en el año 1884.

La construcción de la carretera duró bastantes años. En diciembre de 1878 aún se estaba realizando el tramo comprendido entre Íscar y Pedrajas. El puente sobre el río Eresma, en el antiguo vado de Vadalba, estaba todavía levantándose en el verano del año 1889. 

La nueva carretera influyó de una manera decisiva en la expansión del casco urbano de Pedrajas hacia el sur, en dirección al pinar. Cuando se construyó, las casas acababan en la ronda de Santa Ana. Más allá, a las afueras, en terrenos muy arenosos, sólo estaba el antiguo camposanto, erigido junto a la desaparecida ermita de Santa Ana. Poco a poco fueron surgiendo los edificios a ambos lados de la carretera, un proceso que duró muchos años. El primero de estos edificios posiblemente fuera la casilla de peón caminero que servía de vivienda al encargado de mantener en buen estado la vía. Esta casilla estuvo situada a la derecha de la carretera, saliendo hacia Olmedo, frente a la actual urbanización de la Resinera.

Antes de construirse el puente de Vadalba, había que dar un amplio rodeo para llegar a Olmedo desde Pedrajas. Era necesario tomar un camino que pasando junto a la Dehesa llevaba hasta la puente Mediana para cruzar el río Eresma. A pie, con caballerías o con los carros, en el tiempo del verano, se atravesaba el río por el vado de Vadalba. Siempre han contado las personas mayores de nuestro pueblo que en invierno, cuando las aguas del río estaban congeladas, se pasaba el río con las carretas echando paja sobre el hielo.

La primitiva carretera era blanca, pues estaba construida con pequeñas piedras calizas, suponemos que extraídas de las canteras del Monte. Una piedras que debieron de acarrear gentes de los pueblos cercanos, con su carros. En esta obra, según la tradición popular en Pedrajas, participaron muchas mujeres del pueblo arrimando la piedra con pequeños capazos de esparto.

Cuando yo era pequeño, en los años 60 del pasado siglo, debieron de asfaltar la carretera, un avance signitificativo. Para ello renovaron el firme con guijarros, unas piedras con las que los chicos jugábamos de noche a sacar chispas haciéndolas chocar una con otra. Es algo que se me ha quedado grabado en la memoria, junto con el olor característico que se producía. 

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