viernes, 23 de septiembre de 2016

EL CAMINO DEL CEMENTERIO

Los lugares deben estar limpios siempre, con independencia de que tengan relación con determinadas celebraciones. No obstante, cuando queda algo más de un mes para el Día de Todos los Santos, en que acostumbramos visitar las tumbas de nuestros familiares difuntos, queremos llamar la atención sobre los escombros y otros desperdicios que la gente ha ido arrojando junto al camino que lleva al cementerio desde el final de la calle del Humilladero, concretamente al lado de las tapias de la antigua fábrica de yeso. 




Es un problema que ha hemos tratado en esta misma sección hace algunos años y que no acaba de resolverse debido a esa tendencia que tienen algunas personas a arrojar cosas en lugares de dominio público o particular en cuanto tienen ocasión. Un comportamiento difícil de justificar en los tiempos que corren, cuando tantas posibilidades se nos ofrecen para depositar los residuos en lugares adecuados.

No sería muy costoso recoger los residuos de papel, madera, metales o plástico depositados en este sitio y juntar los escombros que queden con el montón existente al lado. De esta manera quedaría limpio y transitable el terreno que une los dos caminos que conducen al cementerio, al lado de las paredes de la fábrica de yeso. Después, habrá que vigilar para que no se produzcan nuevos vertidos, y de producirse, retirarlos cuanto antes, pues se corre el peligro de que otros imiten esta conducta incívica. Y, naturalmente, si se sorprende a alguien arrojando desperdicios, que sea sancionado de acuerdo con la normativa existente. Un cartel colocado en la zona anuncia sanciones de mil euros para los infractores.

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