Poco antes de las cuatro y cuarto de la tarde las personas que se hallaban al fresco en el entorno de la pradera de Sacedón se han visto sorprendidos por un fuerte estruendo causado por la caída de una de las cuatro ramas principales del Pino de la Virgen. Una pesada rama de unos 15 metros de longitud que arrancaba de la parte superior del tronco y se extendía hacia la ermita y el río. Al lado mismo del sitio en que se ha producido la ruptura se encontraba la escultura del piñero [Juan José Calvo Merino, 2002] que milagrosamente no ha experimentado daño alguno.
Tan colosal rama ha caído a los pies del pino dejando ver en los extremos de su copa abundantes piñas, desde las perindolas formadas esta primavera hasta las piñas casi maduras que deberían bajarse en el mes de noviembre próximo. Muchas piñas, las casi maduras, pero pequeñas y muy amarillentas, síntomas de problemas en la maduración, tal vez por la falta de agua.
En la herida causada en el nacimiento de la rama caída y en el extremo mismo de la rama se aprecia una zona de color negruzco debida a que el pino se estaba volviendo chamoso y antes o después acabaría quebrándose. Al descubierto han quedado hebras de madera impregnadas de resina que llenan de olor el lugar.
El calor reinante no aconseja el hacer leña la rama caída, por el peligro de incendio que conlleva una motosierra funcionando. Conviene esperar. En palabras de Alfonso Romo y Ana María González, alcalde y teniente de alcalde de nuestro Ayuntamiento, que se hallaban visitando el lugar, se temía que alguna persona, a nivel particular, se aventurase a llevarse la leña por su cuenta.
Lo sucedido entraba dentro de lo posible. Ya sabemos que el Pino de la Virgen tiene muchos años, se encuentra chamoso y, poco a poco, ira perdiendo las tres ramas cipales que le quedan. Alguna de ellas se halla en una posición casi horizontal, con lo cual la fuerza que ejerce su peso se acrecienta.
Al tiempo que lamentamos lo sucedido, debemos alegrarnos de que la escultura del piñero no haya sufrido daño alguno y, sobre todo, de que no haya habido daños personales, que podrían haberse producido, pues son muchas las personas que suelen visitar tan emblemático pino. ¿Se imaginan que esto hubiera sucedido el día de la romería? Mejor no pensarlo. Eso sí, convendría tener elegido un segundo pino, cerca del actual de la Virgen, para trasladar algún día a él la escultura del piñero.
ALGUNAS FOTOGRAFÍAS DEL SUCESO
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