jueves, 28 de julio de 2016

PEDRAJAS, PUEBLO DE BICIS

Con independencia de que el ayuntamiento de Pedrajas no haya  aprobado la adhesión de nuestra villa a la “Red de Ciudades por la Bicicleta” quiero dedicar unas líneas a la gran afición que tradicionalmente hemos tenido en este pueblo por el uso de la bici, sobre todo en las actividades de la vida cotidiana: hacer los recados, ir al trabajo, pasear, desplazarse a otros lugares… Quizás haya influido en este amor por la bici el emplazamiento de Pedrajas en un terreno casi totalmente llano, dominado, eso sí, por la revilla o cotarra de la plazuela de la Iglesia, núcleo originario del pueblo. Los cascos urbanos antiguos de otros pueblos de nuestro entorno, como Íscar, Olmedo o Cuéllar, por citar algunos ejemplos, con cuestas muy pronunciadas y calles estrechas, invitan menos a la utilización de la bicicleta.

Justo González, haciendo la compra con la bici, el 23 de mayo de 2009.

Las primeras bicicletas llegarían a Pedrajas en las primeras décadas del siglo XX. Al principio su utilización estaría reducida a las familias pudientes del pueblo, en plan “sport”, como entonces se decía. Su uso iría luego generalizándose al resto de la población, especialmente como medio de transporte. Para los niños, se crearon los primeros triciclos de juguete, que hicieron la competencia a los tradicionales caballos de cartón.

Ciclistas en la bodega de don Ciriaco de Castro, a principios del siglo XX.


Niño con tricilo, año 1962.

Recuerdo que al llegar los fiestas de los pueblos vecinos, gran parte de los mozos y hombres de Pedrajas cogían sus bicicletas y acudían a divertirse en los encierros de novillos y en el baile. Cuando volvían, ya de noche, a la luz de los faros, nunca se olvidaban de traer para la familia las tipicas almendras garapiñadas;  además, martillos o cachavas de caramelo para los más pequeños.

En verano, los días de fiesta señalada, como Santiago o Nuestra Señora, también los domingos, la gente iba al río con los carros, a pasar el día al frescor de la ribera, bañándose o simplemente metiendo los pies en el agua. Algunos cogían cangrejos, capturándolos con la mano en sus escondrijos bajo el agua; otros pescaban peces, espantándolos hacia canastos introducidos en la corriente. Naturalmente, se comía y se merendaba. De postre, melones o sandías, previamente puestas a enfrescar en las  aguas de alguna fuente o manantial cercano. 

En aquel tiempo todavía no había piscina en Pedrajas. A diario, los niños de las familias ricas del pueblo, que ya tenían bicis, de esas pequeñas, se llegaban por las tardes hasta el río, a bañarse; los demás, quietos en casa, que no era cuestión darse un sofocón yendo y viniendo  a pie hasta la ribera del Eresma. Me parece estar viéndolos regresar del río, con los bañadores colgados del guía, para que se secaran. ¡Qué envidia nos daban! Luego, poco a poco, todos los chicos fuimos teniendo nuestras propias bicis, unos antes, otros después: el progreso.

En mi casa, no teníamos carro, pues no éramos labradores. Mi padre repartía las cartas con la bici, de esa manera tardaba menos. Todos los veranos, un día, por la tarde, nos llevaba a los tres chicos en la bici al río, a bañarnos y a merendar: iríamos dos en el soporte y el tercero en la barra, supongo.

Mi abuelo, Donato Santos Chicote, se compró una bicicleta normal, de barra, alrededor del año 1955, poco después de jubilarse, ya con 65 años de edad. Con ella empezó a recorrer los pueblos de las provincias de Segovia y Valladolid, llegando a hacerse algunos días más de 120 kilómetros. Estuvo montando hasta los 92 años de edad, cuando se cayó de la bici a la puerta de casa y se fracturó la cadera.

Donato Santos Chicote con su bicicleta por la carretera de Íscar.

Si no llevabas sujeta a la bici la chapa que justificaba el pago del arbitrio de rodaje, 
podías ser multado por la Guardia civil.

Tengo en la memoria que arreglaba y vendía bicis Julio Sánchez, “Carrisque”, en su casa y taller de la calle Real Nueva. Luego marchó a vivir a Valladolid. Uno de sus hijos tiene gran afición a los toros y todos los años viene por San Agustín, a torear con la muleta desde el burladero. También se dedicaron a reparar y vender bicis Victoriano Arranz, “Pistola”, en la plazoleta de la calle de la Iglesia y José Arranz, “Perchera”, en la carretera de Alcazarén. Pasado algún tiempo, hacia el año 1980, abrió su taller Óscar Romo Merino, en la plazuela del Hospital, que sigue en ello. Recientemente se ha puesto a reparar bicicletas Michi, además de arreglar el calzado.

Programa de las fiestas de Pedrajas, año 1957.


Programa de fiestas, año 1964.


Programa de fiestas, año 1965.

El 4 de mayo de 1974 pasó por Pedrajas, procedente de Olmedo, la Vuelta a España, en una etapa con salida en Ávila y meta en Valladolid capital (ABC, 5-05-1974, pág. 67). Ciclistas profesionales no hemos tenido en el pueblo, que yo sepa; aficionados, sí. Hace años destacó en este deporte Baldomero Sanz García, “Mero”, que corrió bastantes carreras. En 1980 fue entrevistado para Tierra y Pinar por José Antonio García Alonso, un artículo que reproduciremos pronto en esta sección. Lo mismo que haremos con otra entrevista realizada al año siguiente a un campeón de trialsín pedrajero, Julio García Pérez, entonces un niño de 13 años.

Un momento importante en la historia de nuestro ciclismo lo constituyó la fundación de la "Peña Cicloturista de Pedrajas de San Esteban", el 25 de noviembre de 1984, con domicilio social en el Bar Correos. La primera junta directiva estuvo constituida por Alfonso Sanz Miguel (presidente), Gabriel Salamanca Colado (vicepresidente), José Manuel Fernández Fernández (secretario), Luis Salamanca Sanz (tesorero) y Baldomero Sanz García, Alfonso García Herrero y Severiano Sanz Martín (vocales). Sus componentes salían todos los domingos por la mañana a recorrer las carreteras de la comarca, en sus bicis de carrera. No habían llegado entonces las bicicletas de montaña, tan de moda en la actualidad, que permiten adentrarse por todo tipo de parajes naturales.

Componentes de la Peña Cicloturista de Pedrajas en la Plaza Mayor.


Hoja del Henar, septiembre-octubre 1986.

La Peña Cicloturista colaboraba activamente en la marcha en bici a Alcazarén que en aquella época, siempre el primer día de mayo, empezó a organizar la Asociación de Padres “Miguel Delibes” del colegio de Pedrajas. Muchos años después se vieron obligados a dejar de hacerla porque la Jefatura de Tráfico no permitía ya este tipo de marchas por carreteras convencionales. Actualmente se celebra en esa misma jornada el "Día de la Bici", con un paseo hasta la ermita de Sacedón, recorriendo varias calles del pueblo, tanto a la ida como a la vuelta.

Club Ciclista Pedrajas. Marcha homenaje a Diego y Sergio, 15 de septiembre de 2015.

Recogiendo el testigo...

En los últimos tiempos el ciclismo aficionado, con la proliferación de las bicis de montaña, ha experimentado un auge extraordinario, que ha propiciado el nacimiento de numerosos clubes en pueblos y ciudades. Uno de ellos es el Club Ciclista Pedrajas, [http://clubciclistapedrajas.wordpress.com], fundado el 8 de abril de 2013. A él pertenecieron Sergio y Diego García, dos jóvenes pedrajeros que tal día como hoy, hace tres años, perdieron la vida practicando un deporte que les apasionaba. Sirva este sencillo artículo para rendirles homenaje emocionado en nombre del pueblo de Pedrajas, tan vinculado siempre a la bici.

Carlos Arranz Santos.

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