SUS MAJESTADES LOS REYES MAGOS EN PEDRAJAS
Apenas llegada la noche, poco después de las siete, entraban en Pedrajas los Reyes Magos del Oriente, apareciendo entres los pinos que rodean el pueblo. Dentro del Frontón Municipal se han unido a sus tres carrozas otras dos más, preparadas con mucha ilusión, pensando en los niños, la Asociación Cultural “Santa Águeda”y los padres y madres del tercer curso de Educación Infantil del Colegio “Virgen de Sacedón”.
Tras un rato de descanso, el cortejo se ha encaminado al centro de la villa a través de la calle Giroteo, parque “Jardines de Castilla”, calles Rosaleda, Pinar y Frontón. Atravesando con cuidado la Avenida de España, ha detenido su marcha por vez primera en la Residencia de Ancianos “Hogar Betania”. Allí, en su salón de actos, reunidos con sus familiares, esperaban todos los residentes. Los Reyes les han dirigido unas palabras de saludo y les han entregado personalmente un obsequio.
Reanudada la marcha, al lado del pórtico de la iglesia parroquial, esperaban impacientes el rey Herodes y sus alegres concubinas, rodeados por un gentío de niños y mayores. Habiéndole saludado e interrogado sobre el lugar en que había nacido el Niño Jesús, lanzando a los aires sus pajes una lluvia de caramelos, se han dirigido las carrozas hasta la Plaza Mayor de nuestro pueblo, por la calle Real Nueva.
En un espacioso rincón, abrigado por las casas, se encontraba el portal de Belén, con Jesús, María y José, acompañados de varios pastorcillos. Por estrecho pasillo se han acercado los Reyes a adorar al Niño y entregarle oro, incienso y mirra como preciados regalos. Al finalizar, para que mejor se les viera y oyera, han subido al balcón de la Casa Consistorial para lanzar gran cantidad de caramelos y pronunciar unas palabras a todos los presentes, especialmente a los niños y niñas, invitándoles a ser buenos y solidarios con los más desfavorecidos.
El frío de la noche iba acentuándose cuando Sus Majestades se han sentado en sus tronos abajo, a la entrada del Ayuntamiento, para hablar, uno a uno, con todos los pequeños que lo desearan, colocados en su regazo. Poco a poco la Plaza se fue quedando vacía, sembrada de los papeles que antes envolvían los caramelos. Sus Majestades se retiraron a descansar y reponer fuerzas antes de empezarán a visitar los hogares de los niños y niñas de nuestro pueblo para dejarles sus regalos.
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