EN EL DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA

 A LA MUJER DE AYER

A nuestras abuelas y madres,
que se dejaron la piel por darnos una vida mejor

Mujeres y niños picando achicoria en un secadero de Pedrajas

***

¿Oh, Virgen de Sacedón!
Tú lo sabes bien, 
lo que cuesta ser mujer.

Ella sus penas llora
al cantarte la Salve,
con toda su devoción.

Fundida en el barro,
amasada en la tierra.

Con los soles,
con el hielo,
con el agua
y con el viento,
¡tira del carro!:

En el gélido enero
pica que pica, pica
achicoria y remolacha 
en el secadero.

Entresaca en mayo,
escarda en junio,
yeros arranca al alba...
aventa el grano en verano.

Espigando en los rastrojos,
va llenando su morrala
de míseras espigas.
Cuando sean pan ¡qué gozo!

En otoño es el piñón:
criba y monda,
limpia y pule.
Como está sentada,
que no hace nada
piensan ella y el patrón.

Pare un montón de chiquillos.
¡En la cama hay que cumplir!
Píldora milagrera no conoce,
si acaso… gatillazo o perejil.

Ella sí tiene que hacer
milagros y más milagros
para llegar a fin de mes:

Hace jabón y arrope,
cría gallinas, cría pollitos
y con el cerdo
para el año,
ya tiene su apañito.

Y si la cosa no llega, 
a mano están las vecinas
que es como tener
mi despensa en su cocina:

¡Que préstame un pan, Juana,
hasta la próxima cocedura!
¡un vaso de aceite!
¡una tacita de harina!

¡Que Petra, dame fiado,
hasta que cobre el jornal.
Apúntalo en la libreta,
que loca está, la pobre,
de tanto ir y tornar.

De lutos, no digamos,
uno con otro enhebramos.
Cierra puertas y ventanas,
por toda distracción,
llanto, velas y oración.

En las balsas, cuando lava,
la conversación no para:
¡la fulana está preñá!
con perantano se entiende.

¡Aquel, con su borrico,
en el melonar del otro,
ayer, hizo su septiembre!

Eso sí, el día del patrón,
con su marido,
muy ufana irá del brazo,
si el pobre antes,
no ha pescado una “pea”.

No sabe de desempleo,
no conoce la ayuda familiar.
De pensiones, ni hablemos;
Sanidad Universal:
no estaría nada mal.

¡Virgencita! Te lo ruego,
que llueva a tiempo
y no hiele.
Que una tormenta traidora
no acabe, en un momento,
con todo nuestro contento. 

Que venga bien la cosecha
y podamos celebrar
tu fiesta con solemnidad.

Pedrajas, 5 de mayo de 2012
Teresa González Lozano