Nos lo habían comentado varias personas -y esta misma tarde lo hemos comprobado personalmente- que el cementerio de nuestro pueblo necesita desde hace tiempo una buena limpieza, principalmente de los restos de hojas de los cipreses que se han ido acumulando en el suelo. En torno a algunos panteones esta hojarasca ha sido barrida por los propios familiares, aunque amontonándola a los lados. Por otra parte, los dos contenedores destinados a depositar los restos de coronas y ramos de flores rebosan con creces su capacidad.
Fuera del recinto, al lado de la pared que mira hacia Íscar, se observa que han cortado un árbol viejo, al menos, y los trozos leña se encuentran a la espera de que los retiren. En el muro orientado al sur, tal vez conviniera allanar el terreno con una máquina para que la tapia ganase en altura y fuera más difícil saltar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario