En épocas pasadas nuestros pueblos vivían con frecuencia tiempos difíciles por la sucesión de malas cosechas, graves enfermedades o guerras. En tales momentos las gentes solían recurrir a los santos de su devoción. Pedrajas depositaba siempre su esperanza en Nuestra Señora de Sacedón, trayendo la imagen en procesión hasta la iglesia parroquial para ponerla en novenas. Así se hizo, por ejemplo, en los años 1865 y 1885, cuando toda España fue invadida por la epidemia del cólera morbo asiático, causando gran mortandad.
En esas novenas se dedicaban a la Virgen diferentes cantares populares, entre ellos los Gozos a Nuestra Señora de Sacedón, compuestos en 1748 por un devoto, hijo de la Patria, es decir, un pedrajero que no quiso indicar su nombre al ser impresos. La letra de estos Gozos -que se han vuelto a cantar en las novenas a la Virgen a partir de la celebración del 50 Aniversario de la Coronación- quedó recogida en un cuadernillo mandado imprimir por la señora Tomasa Capellán Herrero, a mediados del siglo XX, que muchas familias de Pedrajas conservan en sus casas.
En ese cuadernillo, junto a los Gozos, la señora Tomasa añadió el texto de otros dos cantares tradicionales cantados en nuestro pueblo a la Virgen de Sacedón: La Salve en verso a Nuestra Señora de Sacedón y el Ave María en verso. El hecho de que no contengan referencias a Nuestra Señora de Sacedón, excepto en el título, parece indicar que se trata de cantos comunes a otros lugares de España, que enraizaron en nuestro pueblo.
El Ave María en verso es una composición poética formada por once estrofas de seis versos: los cuatro primeros octosílabos, con rima asonante en los pares; los dos últimos, de doce y ocho sílabas respectivamente, constituyen el estribillo, repetido al final de cada estrofa.
La última estrofa -al parecer añadida con posterioridad- da a entender que se compuso en una época en que España atravesaba momentos de especial dificultad, tal vez con motivo de una guerra o epidemia generalizada.
Esa última estrofa nos puede servir para pedirle a nuestra Patrona su auxilio en estos dramáticos momentos en que la pandemia del coronavirus se extiende por toda España, afectando a muchas personas, especialmente a las de mayor edad. Unas circunstancias que gran parte de nosotros nunca habíamos vivido, gracias a Dios.
EL AVE MARÍA EN VERSO
Bien sabéis que la primera
fue del ángel la venida
y os saludamos diciendo
Dios te salve, Ave María,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
No creáis, noble Señora,
aunque vengo del alcázar
a deciros cómo sois,
María llena de gracia,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
María llena de gracia
es la flor del cielo empíreo
y os saludamos diciendo
Dios, el Señor es contigo,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
Y pues sois blanca paloma,
blanca flor entre laureles,
y los ángeles os canten
diciendo bendita tú eres,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
Tú sola fuiste, María,
tú sola llamarte puedes
la más dichosa que hubo
entre todas las mujeres,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
Y bendito sea el ángel
por donde vino la luz
para redimir al mundo
fue de tu vientre Jesús,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
Por mucho que el cielo os clame,
mucho más merecéis Vos,
pues fue tanta tu pureza,
que fuistes madre de Dios,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
Pues sois luna sin menguante,
Madre de los hombres todos,
y tu sagrada pureza
ruega siempre por nosotros,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
Y pues sois blanca paloma,
blanca flor entre las flores
y los ángeles os canten,
ruega por los pecadores,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
Este es el Ave María
compuesto por clara luz
y se compone diciendo
santa muerte, amén Jesús,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
Vuestra intercesión la España
necesita, gran Señora,
en todas las ocasiones,
pero nunca más que ahora,
venid, venid y veréis aquella Aurora,
más hermosa que un jazmín.
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