En las calles más largas del pueblo muchos vehículos tienden a acelerar la marcha si no hay por medio señales de stop, y conviene poner en ellas algunos pasos de cebra para que se tenga más precaución al circular por la calzada.
Las de Santa Ana, Cervantes y Recta, que también son de las más anchas, aún no tienen marcado ningún paso de peatones, aunque a veces circulan por allí vehículos a bastante velocidad en uno u otro sentido, por lo que en algún momento se podría cruzar una persona despistada o un niño pequeño y ser atropellados.
Calle de Cervantes
Calle Recta
Calle de Santa Ana
Al menos en estas calles haría falta señalar dos pasos en cada una, teniendo en cuenta su longitud y el habitual tránsito de peatones. Y además sería muy adecuado reducir el límite de velocidad a 30 o 40 kilómetros por hora, pues es una importante medida que ya se viene tomando en otras poblaciones para prevenir accidentes en vías urbanas (no solo atropellos, sino también colisiones).
J. BARRIOS
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