En los primeros días del pasado septiembre, en el Hospital Clínico de Valladolid, los cirujanos cardiovasculares operaron a Víctor del corazón.
Ironías de la vida: el corazón más robusto, fuerte y sano de la comarca hubo de ser intervenido, no por estar dañado, defectuoso o enfermo, no. El caso es que el corazón de Víctor es tan grande que amenaza con salirse del pecho y han decidido adaptar esa caja al tamaño del corazón. Y no sé si el problema habrá sido resuelto de forma definitiva, aunque todos deseamos que haya sido así.
Porque el problema es que a Víctor le sigue creciendo el corazón: crece y crece a medida que pasa la vida por él. Crece a la par de las experiencias adquiridas, ante las vicisitudes y problemas que acarrea el devenir de los años y crece ante la sabiduría acumulada a lo largo del camino. Y mira que llega a ser difícil la vida, a veces.
A este chico lo hemos visto crecer en comprensión y tolerancia máxima ante los demás; crecer en amor a los suyos, incluyendo en ellos a todos nosotros, sus vecinos y paisanos. Crecer, en fin, en el afán de cuidar y transmitir un modelo de vida "atípico", fuera ya de toda moda, en armonía con el Universo y con la Naturaleza. Para no ser prolija interrumpo la enumeración, pero conste que hay materia. En conclusión, Víctor es un libro de auto ayuda que se mueve entre nosotros. Yo diría más: es el mejor libro de auto ayuda que conozco, porque no da consejos ni hay que ir a la librería, no cuesta dinero, solo necesitamos escuchar y observar. Es un libro de auto ayuda que HACE.
Este personaje me desconcierta. Hubiera querido estar en esa operación para comprender la materia de la que está hecho su corazón. Y como esto siempre ha sido un enigma para mí, hace tiempo decidí escribir algo sobre él. No debí de quedar muy conforme con los resultados y no lo acabé; ahora lo retomo y resulte lo que resulte, se lo dedico con todo el cariño y amistad que le profeso.
Víctor, va por ti.
RETRATO
Tallo alto de trigo sazonado,
piel curtida por soles de inclemencia,
labrador de barbechos de paciencia,
sembrador de saberes trasnochados.
Poeta de verso libre, esta es la ciencia.
Payaso, trovador, titiritero,
por llenar de sonrisa el mundo entero
y ahuyentar la hostilidad, la violencia.
Capitán Trueno en tiempos de aguacero.
Quijote que cabalga en Clavileño,
defiende dulcineas con empeño.
y asaltando castillos, va el primero.
Por lema: "perseguir con afán un sueño".
Su bandera: " mirada alta, certera"
El color: "verde", igual que primavera
Por escudo: "desnudo", sin engaño.
Tiene prisa, ya que el tiempo no espera:
como hormiga, recoge, limpia, entrega
antes de que el frío inclemente venga
y quede por concluir la vasta tarea
Este personaje tan peculiar,
tan sobrio, tan rural y cultivado
lo digo con orgullo remarcado
Víctor Garrapo es, mi amigo singular.
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Teresa González Lozano
Barcelona, 14 de octubre de 2016
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