Me he quedado un poco sorprendido al ver que entre las preguntas formuladas por la oposición en el último pleno había una referida a las molestias ocasionadas por el ladrido de algunos perros, pues parece que hay vecinos que se han quejado, con razón, de ese problema.
Y como a mí, hace años, no se me hizo mucho caso desde el Ayuntamiento, he creído conveniente transcribir un breve escrito al respecto que puse en esta web con fecha 13 de enero de 2009.
“Ladridos molestos
El asunto de los ruidos también es de competencia municipal, aunque aquí esto a veces no se quiera reconocer. Y si un perro molesta a menudo por la permanente reclusión en que se encuentra, el Ayuntamiento debe prestar atención a las quejas y no tratar de eludirlas como si el problema no fuera de su jurisdicción.
La legislación autonómica prohíbe tener a un perro continuamente atado a la cadena, pues es una medida cruel y produce bastante desazón al animal, que necesita espacio suficiente para moverse y salir de vez en cuando al exterior.
Lamentablemente algunos dueños todavía infringen esta norma tan elemental, pero el municipio debería velar por su cumplimiento para evitar molestias al vecindario, que en estos casos no tiene por qué dirigirse a otras instancias.”
Jesús Barrios.
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