Se acerca el 1º de mayo. La víspera, por la noche, los quintos pondrán el mayo en la plazuela de la Iglesia, como se ha hecho entre nosotros desde hace siglos.
Escribo estas líneas para decir que, desde mi punto de vista, es mejor traer un mayo más bien pequeño, que puedan los quintos poner a mano, como se ha puesto siempre, sin riesgo alguno para ellos y para las personas que suelen ayudarles. Añadiéndole además una cogolla, adornada con naranjas, como se hacía antes. También, colgando una bandera de España con los nombres de los quintos y quintas escritos en ella, como suele hacerse últimamente.
De nada sirve cortar un árbol enorme, de mucho peso, para luego tener que recurrir al camión-grúa para lograr ponerlo en la tierra, ya que a mano es imposible, dadas las circunstancias actuales. Poner el mayo es algo simbólico, no una demostración de fuerza, de competir con los quintos de años anteriores a ver quién lo trae más grande.
Es una reflexión que hago a los quintos y a sus padres, que al final siempre están ahí echando una mano para que esta tradición siga adelante. Quintos y padres, reuníos con tiempo y organizad esta costumbre de cortar, traer y poner el mayo para que resulte de la mejor manera posible.
Carlos Arranz Santos.
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