domingo, 28 de septiembre de 2014

EDADES DEL HOMBRE

EXCURSIÓN DE LA PARROQUIA DE PEDRAJAS

Ayer sábado, 27 de septiembre, un grupo de personas de Pedrajas visitamos Aranda de Duero en un viaje organizado por nuestra Parroquia. Sin madrugar mucho, a la 10 de la mañana, emprendíamos el camino, al principio por tierras de Cuéllar y Peñafiel, luego siguiendo el valle del río Duero por tierras plantadas de viñas, repletas ya de racimos de uvas tintas, a punto de empezar a vendimiarse. 

Nuestro primera parada fue el antiguo monasterio franciscano de La Aguilera, a unos diez kilómetros de Aranda, donde viviera y muriera San Pedro Regalado, patrón de Valladolid y de los toreros. En el convento vive actualmente la comunidad de religiosas contemplativas “Iesu Communio”, formada por 209 hermanas, en su mayor parte jóvenes, que tiene su origen en el convento de las madres clarisas de Lerma, también en la provincia de Burgos. En una sala de moderno diseño, preparada al efecto, tuvo lugar un encuentro con parte de las hermanas, que fueron explicando el modo de vida que llevan, dedicadas a la oración, a la meditación y al trabajo, en la repostería y en la huerta del monasterio. A preguntas de los visitantes –miembros de la parroquia de Pedrajas y de una agrupación de parroquias de la provincia de Guadalajara, con sus respectivos párrocos- las jóvenes hermanas transmitieron las claves que las han llevado a adoptar este modo de vida contemplativa, en un tiempo tan poco favorable.

Después de comprar algunos dulces y cedes con sus cantos religiosos, sin poder visitar la iglesia del convento, por hallarse en obras, nos dirigimos a las afueras de Aranda, donde comimos, en un restaurante situado dentro de las instalaciones de la A. D. C. Michelín. De allí, con ciertas prisas, a ver la exposición de las Edades del Hombre, en las iglesias de Santa María y San Juan, en pleno centro de la ciudad. Como en otras ediciones, una maravilla poder contemplar semejantes obras de arte juntas, en esta ocasión relacionadas con la Eucaristía. 




Entre las obras expuestas, destacamos la imagen de Nuestra Señora de la O, también llamada de la Expectación del parto, procedente del vecino pueblo de Megeces, y el grupo escultórico que representa a San Martín de Tours a caballo, partiendo su capa y entregándosela a un pobre, perteneciente a la parroquia de Cogeces de Íscar, que también sirve don Domingo; un grupo escultórico tallado por el escultor iscariense Alejandro Carnicero entre los años 1736-1738.  Había además una obra titulada “Cristo Salvador”, labrada en 1524 por el escultor Vasco de la Zarza para el monasterio de La Mejorada de Olmedo, colocada posteriormente en la capilla de Nuestra Señora de la Soterraña de Olmedo.

Como don Domingo tenía que decir misa a las ocho de la tarde, había que salir pronto de Aranda, de modo que no tuvimos apenas tiempo para conocer la ciudad. Una carrera popular por las calles del centro, dificultó nuestra llegada hasta el autocar de la empresa Catalina para emprender el viaje de regreso. A las ocho menos cuarto llegábamos a la Plazuela y las campanas de la iglesia empezaban a tocar al vuelo anunciando la misa de por la tarde.

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