A pesar de la crisis, todavía se siguen oyendo frecuentes bombazos en el pueblo con motivo de celebraciones privadas, gremiales o deportivas. Una práctica bastante molesta –sobre todo en ciertas situaciones- que además no está exenta de peligro, pues sabemos que de vez en cuando se producen accidentes graves en algún lugar de España, e incluso aquí los hubo hace tiempo.
Ahora existe una ordenanza municipal acorde con la legislación vigente en esa materia. Pero aun así a veces tenemos que seguir aguantando las explosiones de cohetes, bombas o tracas hasta altas horas de la noche, lo que ya resulta inadmisible en un municipio de 3.600 habitantes que cuenta con medios policiales propios y la Guardia Civil muy cerca. Porque esto ya se podría ir atajando convenientemente, si el Ayuntamiento se ocupara de ello, pues es de su responsabilidad, y empezara a aplicar la normativa con un mínimo de rigor (cosa que hasta ahora no se ha hecho).
Hay que recordar a sus mandatarios que ellos también pedían, antes de llegar al gobierno, la intervención del Ayuntamiento para ir controlando este problema municipal.
Jesús Barrios.
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