Ya viene siendo habitual en Pedrajas que los dirigentes del
Ayuntamiento no encajen nada bien las críticas a su gestión, aunque sean
justificadas y se hagan de forma constructiva. Pero da la impresión de que los
actuales, supuestamente progresistas, no se las toman mucho mejor que los del
PP. Y, tras cinco años de mandato, parece que tampoco han acabado de asumir que
el desempeño de un cargo municipal conlleva en democracia la exposición a las
opiniones discrepantes de los vecinos, que deben ser respetadas o tomadas en
consideración (sobre todo si son razonables o legítimas). Lo cual es bastante
lógico, pues, como bien señalaba una sentencia referida al Consistorio, “la
sujeción a la crítica es inseparable de todo cargo de relevancia pública”.
Aunque quizá ya no se acuerden de lo que dijeron sobre esto y otras
cosas cuando estaban en la oposición, desde donde censuraron con frecuencia la
postura de los populares en este sentido. Por lo que de vez en cuando
convendría recordárselo para que procuren ser más coherentes en sus propias
actitudes políticas. Porque ese tipo de reacciones no favorecen en nada la
gestión democrática del Ayuntamiento, ni la mejora del ámbito municipal.
Jesús Barrios.
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