EXPOSICIÓN CONJUNTA DE FRANCISCO MUÑOZ Y TEODORO REDONDO
Nacieron en Pedrajas, pero marcharon después a vivir a la capital de
nuestra provincia, Valladolid. Cuando pasan unos días en el pueblo, ambos
tienen su residencia en la calle Cervantes, sus casas una al lado de la otra. Ambos
dedican gran parte de su tiempo libre a la creación artística. Con algunas de
sus obras más representativas la
Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Pedrajas ha preparado una exposición
que se inauguró ayer viernes, por la tarde.
FRANCISCO MUÑOZ
MATE
Francisco Muñoz Mate nació en Pedrajas, en el año 1966. Es hijo de
Francisco, al que todos conocemos en el pueblo como “Chapas”, y Luisa. Trabaja
en Valladolid en una empresa dedicada al mantenimiento de los parques
de juego infantiles municipales.
Hace unos siete u ocho años, como una manera de pasar el tiempo libre y
tener ocupada la cabeza, empezó a dedicarse a realizar el tipo de trabajos que
presenta en la exposición. Por ejemplo, reproducciones en miniatura de coches,
camiones y trenes antiguos, o un parque infantil de los años 70. En tamaño
real, objetos de adorno, como llaves de las de antes, unas albarcas, una media
fanega de medir el grano, escopetas y trabucos. También objetos diversos
empleados en la vida diaria, como un perchero, un badil, un reloj de pared, una
macheta de cocina o un original cascanueces.
Lo más importante en estos trabajos es que surja la idea de hacer algo.
Luego hay que pensar en los materiales necesarios para llevarla a cabo, casi
siempre de reciclaje, y buscarlos: hierros, plásticos, pilas de reloj,
rodamientos, latas de conserva, madera… Como Francisco dice, trabaja para su
propio regocijo. No pone a la venta sus creaciones.
TEODORO REDONDO
DE ROJAS
En Pedrajas nació también Teodoro Redondo de Rojas, en el año 1947. Sus
padres se llamaban Teodoro y Julia. Hasta los 25 años de edad trabajó como
carpintero en el taller del señor Mariano Salamanca. Después empezó a trabajar
en FASA y marchó a vivir a Valladolid. En 1990, después de haber sufrido un
infarto, se vio obligado a jubilarse. Había que buscar alguna actividad en la
que emplear tanto tiempo libre. Lo primero fue realizar un curso para obtener
el graduado escolar. Una exposición de marquetería y taracea que vio en
Valladolid le motivó para dedicarse a esta actividad.
Como buen carpintero, siempre se le habían dado bien los trabajos en
madera. Ahora trabaja con chapas de todas las clases de madera: haya, sapelli,
cerezo, pino, etc. También con raíces de diferentes árboles, que pueden
encontrarse en el mercado. Realiza diversos objetos de utilidad en las casas:
bandejas, con o sin patas, de formas variadas; paragüeros, mesas de centro,
salvamanteles, posavasos, cajas para cartas o joyas…
Es un trabajo que requiere suma paciencia, gran tranquilidad… y
habilidad, naturalmente. Como realiza muchos trabajos, pone a la venta algunos
de ellos, a un precio simbólico, si tenemos en cuenta que se trata de trabajo
plenamente manual, que requiere muchas horas de dedicación.
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