El pasado sábado, 30 de noviembre, sobre las 11 de la noche, un gamberro, que iba acompañado de otros de su misma especie, decidió golpear fuertemente la puerta trasera de nuestra casa situada en la calle San Andrés. Al escuchar el fuerte golpe, salimos a la calle y el grupo de sinvergüenzas echó a correr, sin poder identificarlos.
No contentos con su “hazaña”, anoche volvieron a las andadas, dando otra patada y dejando la trasera deformada.
Nos parece lamentable que se den estas actitudes tan violentas y tan poco cívicas. De volver a ocurrir, nos veremos en la obligación de denunciar los hechos ante las autoridades pertinentes.
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