La pasada semana, nos comentaban unas personas que van a pasear, ya de noche, por el carril bici, que no pueden hacerlo con tranquilidad ya que algún ciclista acostumbra recorrerlo una y otra vez a toda velocidad, como práctica deportiva, además sin luz en la parte delantera de su bicicleta. Se exponen –dicen- a ser atropelladas, en alguno de los frecuentes adelantamientos.
No es un problema nuevo. Ya sucedió hace unos años un atropello en una situación semejante. Es necesario, por lo tanto, buscar soluciones, con el fin de prevenir posibles accidentes. Analicemos algunos aspectos del problema. Por un lado, dos pequeños paneles, ya maltrechos, situados en los accesos principales a la vía, indican que su uso es prioritario para los ciclistas: “CARRIL BICI. USO PRIORITARIO PARA LAS BICICLETAS (RESPÉTENLAS)”. Ahora bien, ¿cómo se concreta este uso por parte de los ciclistas? ¿Se trata de una prioridad absoluta?
Hemos hablado de este asunto con algunos ciclistas. Se acogen, lógicamente, a esa utilización prioritaria por su parte y añaden que lo mismo que ellos deben circular, como norma general, por la derecha, los peatones tienen que hacerlo por la izquierda. Y no siempre es así. Advierten, además, del peligro que supone para ellos el que las personas de a pie lleven consigo perros de paseo.
Otro aspecto que debemos considerar es el respeto a las señales de circulación colocadas junto al referido carril. En su punto de partida, dentro del casco urbano, hay dos señales: una, indica que está prohibida la entrada a vehículos de motor (R 102); otra, que se trata de un camino reservado para ciclos, con carácter obligatorio (R 407). Estas mismas señales se encuentran donde antes finalizaba el carril bici, pero no han sido colocadas todavía en el acceso a esta vía en Sacedón. Debe hacerse, pues algún vehículo de motor puede acceder al carril por desconocimiento, ya que ninguna señal indica actualmente lo contrario.
Con este artículo no pretendemos sentar cátedra. Queremos simplemente llamar la atención sobre la necesidad de regular adecuadamente el uso del carril bici por parte de peatones y ciclistas, de modo que cumpliendo con las normas que se establezcan sea seguro para unos y otros.
Hablando de estas cosas con uno de los caminantes, a la entrada del carril, observamos que crecen allí unas cuantas matas de abrojos –en Pedrajas, conocidos tradicionalmente como pesetas- a punto de introducirse sus rastros en el asfalto, con el peligro de causar los consiguientes pinchazos en las ruedas de las bicicletas. Deberían quitarse, eso sí, cuidadosamente, procurando que las semillas con sus pinchos no caigan en el firme de la vía.
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