Rodeado de familiares, amigos, compañeros de Serpentina Teatro, cuidadores de personas dependientes, vecinos del pueblo y de otros lugares, presentó ayer viernes, por la noche, Víctor Manuel Sanz Arranz, su libro “Memorias de un cuidador variopinto”. El acto tuvo como escenario –nunca mejor dicho- el salón de actos del Ayuntamiento, lleno a rebosar.
Acompañando al autor en la mesa de presidencia, las personas que fueron tomando la palabra. En primer lugar, Domingo Aceves, presidente de AFACI (Asociación de Familiares de Alzhéimer de la Comarca de Íscar), que definió a Víctor como a una de las personas más hermosas que puedes encontrarte en la vida y que cada vez le sorprendía más.
Seguidamente, habló Cecilio Vadillo, a quien el autor había confiado la presentación del libro. Lo hizo explicando algunos de los aspectos que al leerlo –antes de salir a la luz- le habían llamado más la atención. También planteando a Víctor algunas cuestiones sobre el proceso de creación de la obra y sus motivaciones.
A continuación, Teresa González Lozano, autora del prólogo, expresó su opinión sobre algunos de los aspectos tratados anteriormente. Indicó, por ejemplo, que es un libro de dolor, pero que no habla expresamente de dolor. En cuanto al prólogo, confesó que, si tuviera que escribirlo hoy día, lo haría de una manera totalmente diferente.
Finalmente, llegó el turno de Víctor, el autor, que fue desgranando los pasos que había ido dando en la creación de su obra, desde que Toñín Hurtado, su compañero en los recitales, le sugiriese la idea de escribirlo, hasta verlo impreso en sus manos. Una intervención llena de anécdotas, de humor… y de realidades también, a su estilo. Ha sido también el momento de los agradecimientos: a Pedro Pablo Martín Merino, por el cuadro de la portada; a Cecilio Vadillo, Rosa Herrero, Jesús Barrios y su primo Carlos por sus sugerencias y ayuda en la redacción final del texto.
La siguiente escena de la presentación consistió en un pequeño recital de poemas del autor contenidos en algunos de los capítulos del libro, con Toñín Hurtado acompañando a la guitarra y declamación a cargo de componentes del grupo “Serpentina Teatro”, Beatriz Arratia, Mariví Ledo, Marga Pérez y el propio Víctor. Momento emotivo, sin duda.
Antes de concluir el acto, algunos de los asistentes han podido plantear preguntas al autor, de índole diversa. Una, por ejemplo, por parte de Jorge Arranz, su vecino en la calle del Alamar, sobre qué canción elegiría como banda sonora si del libro se rodara una película. Víctor ha respondido, sin dudar, que Ojos verdes o Jalisco. Eran las canciones que a Chiqui, su madre, más le gustaba cantar, y que Jorge tantas veces le había oído entonar desde el otro lado de la tapia que separaba los corrales de sus casas.
La fiesta –porque la noche ha sido una fiesta- ha ido acabando con las felicitaciones habituales y con la firma de ejemplares por el autor. En la mesa de presidencia se han colocado unas bandejas con pastas de té, que tenían toda la pinta de estar muy ricas y haber sido elaboradas en una pastelería de la familia.
¡Felicidades, Víctor, y a seguir escribiendo, que madera no te falta!
Y ganas tampoco, eso has dicho, ¿no?
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