La iglesia de Pedrajas ha acogido esta tarde noche un encuentro de coros parroquiales de varios pueblos del arciprestazgo vallisoletano de la Tierra de Pinares para interpretar villancicos o canciones relacionadas con la Navidad. Daba gusto ver nuestra iglesia tan animada con gente de tantos pueblos vecinos -niños, jóvenes y mayores- llegados para cantar.
Como párroco del pueblo anfitrión, don Domingo ha pronunciado unas palabras de presentación en las que ha explicado que el objetivo era reunirse, pasar un rato juntos cristianos de diferentes comunidades parroquiales, como pueblo de Dios que cree, canta y camina. A continuación, el mismo don Domingo y dos niñas de Pedrajas han recitado y cantado sobre los diferentes tiempos del año litúrgico.
Así ha llegado el momento de actuar los diez grupos participantes, pertenecientes a siete pueblos, ya que algunas localidades presentaban dos coros. Cabe resaltar el predominio de las mujeres sobre los hombres, un hecho que se manifiesta –como todos sabemos- en otros muchos ámbitos. La mayor parte de los grupos ha cantado villancicos.
1. La primera actuación ha correspondido al Coro de Niñas de nuestra parroquia, que suele cantar en la misa mayor de domingos y festivos, dirigido por Luis, que viene de Valladolid.
2. En segundo lugar ha cantado un coro muy veterano, el de la parroquia de Santiago Apóstol de Megeces, creado hace ya treinta años y que ahí sigue, al pie del altar.
3. A continuación ha sido el turno del Coro de la Asociación de Amas de Casa de la villa de Íscar, formado por 43 mujeres, aunque hoy no han podido estar todas presentes. Cantan por afición, desde hace dos años, reuniéndose para ensayar una vez a la semana. Era su primera actuación fuera de su pueblo, por lo que se encontraban un poco nerviosas. Los aplausos han acabado con esos nervios.
4. En cuarto lugar ha participado el Coro “Nuestra Señora de la Asunción” de La Pedraja de Portillo, integrado por hombres y mujeres de edad adulta, que han cantado a los sones de un órgano, que ha dado un poco de guerra hasta funcionar bien.
5. Así ha llegado la actuación del Coro Parroquial de Alcazarén, que ha dedicado a su párroco, el padre Carmelo, religioso agustino recoleto, su mejor seguidor. Han interpretado dos villancicos compuestos por otro agustino recoleto, el padre José Manuel Durán, alcazareño de nacimiento y presente en el encuentro.
6. Ha seguido el Coro Parroquial de Mojados, formado por hombre y mujeres adultos, cantando acompañados por guitarras. Se fundó hace año y medio, más o menos. Han cantado dos canciones religiosas dedicadas a la Virgen María, una de ellas adaptación del Aleluya, de Leonard Cohen.
7. En séptima posición ha cantado el Coro Parroquial de La Pedraja de Portillo, integrado por hombres y mujeres que se han definido como autodidactas. Ha interpretado los villancicos ¿Qué será? y ¿Qué le llevaré al Niño?
8. Seguidamente ha subido al escenario el Coro Parroquial de Íscar, “La Coralina”, en palabras de su párroco. Está formado en su mayor parte por niñas, reforzado por algunas personas adultas cantando y tocando la guitarra. Lleva funcionando desde hace unos diez años.
9. La penúltima actuación ha correspondido al Coro Parroquial de Olmedo, formado en su mayor parte por mujeres adultas, siguiendo los acordes marcados por un órgano. Su director, antes de comenzar la actuación, ha pedido a los participantes que valoren mucho la labor que están realizando, pues supone un gran esfuerzo, que merece de verdad la pena. Ha animado también a seguir realizando el encuentro en años sucesivos.
10. El colofón lo ha puesto el Coro de la Misa Pastorela de Pedrajas, el más numeroso de los grupos participantes. Han interpretados tres villancicos tradicionales: Las palmeras de mi tierra, Ven conmigo, pastorcico y Pastorcito de Judea.
De esta manera ha finalizado este primer encuentro de coros parroquiales, primero porque se espera que la iniciativa tenga continuidad y el año que viene, por estas fechas, pueda celebrarse por segunda vez. Ni qué decir tiene que todos los grupos han recibido calurosos aplausos como premio a sus respectivas actuaciones.
A la salida de la iglesia, párrocos, participantes y personas que les acompañaban han podido tomar un rico chocolate con bizcochos, suponemos que por gentileza de la parroquia anfitriona. No hacía mucho frío en la calle, pero seguro que se agradecía.
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