En esta época del año se siguen oyendo en Pedrajas frecuentes explosiones de tales artefactos -a veces hasta altas horas de la noche- por simples celebraciones privadas, gremiales o deportivas. Lo cual resulta inaceptable en una población de 3.500 habitantes, donde también hay personas enfermas, niños de corta edad y muchos animales domésticos a los que esos fuertes bombazos sobresaltan especialmente.
Además hay que tener en cuenta la seguridad de los vecinos -conviene insistir en esto-, pues con ese tipo de explosivos también pueden ocurrir serios percances, y aquí ya tenemos alguna experiencia al respecto.
De poco sirve tener una normativa específica -acorde con la legislación vigente-, si luego no se exige su cumplimiento con un mínimo de rigor. Porque el municipio ya dispone de medios policiales adecuados para poder aplicarla debidamente, si en el Ayuntamiento hubiera alguna voluntad de hacerlo.
Y eso debería ser más importante para sus actuales regidores -con el alcalde a la cabeza- que adoptar medidas basadas en motivos meramente partidarios, después de las promesas efectuadas al comienzo de esta legislatura municipal.
J. BARRIOS.
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