ENTRE DOS ASOCIACIONES DE LA VIRGEN DE SACEDÓN
Jornada para el recuerdo la que vivimos ayer sábado, 3 de mayo, acompañando a las mujeres de la Asociación Cultural “Virgen de Sacedón” por tierras salmantinas, para celebrar un acto de hermanamiento con la Asociación Cultural “Virgen de Sacedón” de Monterrubio de la Sierra, cuyos componentes visitaron Pedrajas el pasado 19 de septiembre de 2013.
Dedicamos la mañana a visitar la ciudad de Salamanca, las catedrales, el huerto de Calisto y Melibea, la Universidad, Casa de las Conchas, la Plaza Mayor… En este recorrido nos guiaron amablemente varios miembros de la Asociación de Monterrubio, perfectos conocedores de Salamanca: Mª del Carmen González (presidenta), Inmaculada Matilla (secretaria), Tomás Blanco García (historiador) y Benjamín Gurrionero (comunicación y medios audiovisuales).
Gracias a sus gestiones gozamos del privilegio de visitar el Ayuntamiento de Salamanca y salir al balcón para contemplar la vista de la espléndida Plaza Mayor. Aprovechamos para recordar que el ayuntamiento salmantino está presidido por don Alfonso Fernández Mañueco, con raíces pedrajeras, como descendiente de doña Celia Bocos Santamaría. En la escalera principal posamos para los medios de comunicación locales.
Y llegó la hora de descansar un rato y reponer fuerzas. La comida tuvo lugar en el Hotel Mozárbez, situado en el pueblo del mismo nombre, cerca de Salamanca. El menú, exquisito, dos platos típicos salmantinos: patatas meneás o de herradero y cochinillo asado. Nuestro siguiente destino, atravesando la dehesa salmantina, verde de praderas y encinas, era Monterrubio de la Sierra, un pueblecito muy pequeño, con calles de trazado irregular, con casas de planta baja y abundantes huertecillos. En la lejanía, la Sierra de Béjar, con sus cumbres cubiertas todavía de nieve.
Era las cinco de la tarde. En una pequeña iglesia dedicada a San Miguel Arcángel se encontraban la mayor parte de los habitantes del pueblo y los componentes de la Asociación “Virgen de Sacedón”, que ayer celebraban su fiesta. En el retablo del altar mayor, en lugar preferente, la imagen de la Virgen de Sacedón, una bella talla de madera policromada, realizada a finales del siglo XVI. Procede de una ermita, hoy desaparecida, situada en una alquería cercana a Monterrubio, denominada Segovia de Salcedón.
Presidiendo la celebración eucarística, casualidades de la vida, don Manuel Abad de Diego, párroco del pueblo, claretiano, compañero de estudios de don Domingo, nuestro párroco. En el transcurso de la ceremonia, una bonita ofrenda floral a la Virgen, en la que participa con un centro la Asociación de Pedrajas y con un ramo de flores de su jardín Isabel Cabrejas Martín. Finalizada la misa, embargados por la emoción, cantamos nuestra salve popular, con admiración de los vecinos de Monterrubio, que no lo tienen por costumbre. Seguidamente, intercambio de obsequios: nos entregan dos placas de cerámica como recuerdo, una a la Asociación, que recibió su presidenta, Mª Teresa Martín Lázaro, y otra al Ayuntamiento de Pedrajas, representado por Sergio Ledo, alcalde, y Mª del Carmen Miguel, concejala de Cultura, que, a su vez, regalan a la asociación de Monterrubio un cuadro con imágenes de nuestra Virgen de Sacedón, su ermita y romería. Unas palabras de Sergio a los presentes ponen de relieve la importancia de las asociaciones en el medio rural.
La lectura de un emotivo y extenso poema por parte de Julián Martín Martín, poeta de la tierra, y la actuación del coro “Tomás Luis de Victoria”, de la Universidad Pontificia de Salamanca, pusieron broche de oro a las celebraciones de la tarde, que amenizó igualmente un joven tamborilero charro, vestido a la usanza tradicional.
Un sencillo vino de honor, a las puertas de la iglesia, sirvió para conversar y pasar un rato agradable a todas las personas asistentes a la fiesta. Las Amas de Casa de Pedrajas sirvieron los tradicionales bollos empiñonados de nuestro pueblo. La Asociación de Monterrubio, para recaudar fondos, rifó una paletilla de jamón y unas botellas de vino que vinieron a parar a Pedrajas, en manos de Agustín y Clarita.
Antes de emprender el viaje de regreso a Pedrajas, a eso de las ocho y cuarto de la tarde, dimos un paseo por el pueblo: algunas mujeres se trajeron unas hermosas ramitas de perejil, que encontraron asilvestradas; otras compraron leche de vaca recién ordeñada. Junto al autocar, para despedirnos, los miembros de la junta directiva de la asociación de Monterrubio, antes mencionados, a quienes agradecemos de corazón, todas las atenciones que ayer tuvieron con nosotros. Para el futuro, están en proyecto nuevas jornadas de convivencia. Entre ellas, tal vez otro hermanamiento con el pueblo segoviano de Lastras de Cuéllar, en el que se venera también una imagen con el nombre de Nuestra Señora de Salcedón.
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