El pasado jueves, 12 de septiembre, por la noche, en el balcón de la Casa Consistorial de Vallelado, Cruz Catalina, corresponsal de El Norte de Castilla en dicha localidad segoviana, y en otras muchas de la comarca, pregonó las fiestas patronales, dedicadas a la Exaltación de la Santa Cruz.
PREGÓN DE LAS FIESTAS DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA
CRUZ
Vallelado, 12 de septiembre de 2013
Cruz Catalina Rico
Señora Alcaldesa, señores Concejales,
apreciadas Reinas de las Fiestas, estimados vecinos y vecinas de Vallelado,
ante todo, buenas noches.
Desde
pequeño, en mi casa me enseñaron que es de bien nacido ser agradecido, de ahí
que mis primeras palabras sean de agradecimiento a vuestra Alcaldesa, en nombre
de la Corporación que preside, y de todo el pueblo de Vallelado, al que
representa, por la oportunidad que me ha dado de pregonar y anunciar vuestras
fiestas patronales en honor a la Exaltación de la Santa Cruz.
Agradecimiento
que hago extensivo a mi familia, mi esposa e hijos, familiares, amigos y
amigas, compañeros de trabajo y miembros corporativos de Ayuntamientos cercanos
que esta noche se han desplazado hasta vuestro pueblo para acompañarme en este
mi debut como pregonero.
Toda
una satisfacción, porque lo hago “de orden de la señora Alcaldesa…”. Vuestra
primera Alcaldesa, que a buen seguro no será la última que dirija los designios
de este gran pueblo llamado Vallelado. Pero también porque lo hago orgulloso de
llamarme Cruz, pues como bien os ha anunciado hace escasos instantes la
Alcaldesa, mi nombre de pila es precisamente a quien están dedicadas vuestras
fiestas patronales.
Solo,
que por el día en que nací, un 3 de mayo, mi onomástica no se corresponda con esta
celebración septembrina, sino con la conocida como Cruz de Mayo, que aunque la
liturgia cristiana hace años decidió eliminar de su calendario unificándola a
esta que vosotros vais a celebrar, no ha evitado que todavía muchos municipios
españoles y de otros países hispanoamericanos sigan festejándola.
Dicho
esto, he de confesaros que cuando vuestra regidora me pidió pregonara vuestras
fiestas patronales, lo primero que se me vino a la mente fueron dos preguntas.
La primera, “¿Que he hecho yo, para merecer ser el pregonero de las fiestas
Vallelado?”, y la segunda, “¿Seré capaz de estar a la altura de las circunstancias?”.
No
supe contestarla de inmediato, estaba tan centrado en los trabajos de presentación
de un libro del que he sido el coordinador de sus contenidos, que me vi en la
obligación de pedirla me dejara un tiempo para poner en orden mi cabeza antes de
dar una respuesta.
Una
decisión difícil, pues una negativa podía ser interpretada como un desagravio,
no solo ya hacia su persona, sino hacia la institución que preside y por
supuesto a todos vosotros, vecinos y vecinas de Vallelado, a muchos de los
cuales tengo la satisfacción de conocer, con algunos mantengo vínculos
familiares, y con bastantes tengo la fortuna de mantener vínculos de amistad desde
hace muchos años.
Es
decir, mucho antes de que en 1995 comenzara mi vinculación con el diario El
Norte de Castilla y me convirtiera, a través de sus diferentes ediciones, en el
informador en la prensa escrita diaria de los aconteceres de vuestro pueblo y
otros que tengo encomendados. Unos
buenos, con los que he disfrutado, y otros menos buenos, con los que no lo he
pasado tan bien. Esto va por ti amigo Miguel, me hubiera gustado que esta
noche, en lugar de estar ahí abajo en tu silla de ruedas, estuvieras aquí
arriba a mi lado.
De
aquella época anterior a mi labor informativa todavía recuerdo con agrado,
aunque he de confesaros que no fueron muchas, las subidas de Íscar a Vallelado en
‘auto-stop’ a bailar a aquella discoteca llamada ‘El Gallinero’; o aquella cañera
noche de Fin de Año de 1980 en el viejo frontón al ritmo de un grupo rock
vallisoletano llamado ‘Plomo’ del que mi amigo José era el batería; por no
hablar de aquellos interminables encierros y capeas en la plaza del Barruelo,
ante la negativa de los novillos a entrar en los corrales de aquel improvisado
coso a base de vallas y remolques.
Os
decía, que la decisión de aceptar la propuesta era difícil, pues no en vano como
ya os he adelantado, este es mi primer pregón festivo. Algo que nada que ver
con la primera vez que actué aquí, no en esta plaza Mayor, sino en la pista
deportiva donde hoy se levanta el nuevo frontón cubierto, una noche de verano
de 1986 dando vida a ‘Carcoma’, el personaje principal de la obra “Viva el
Duque nuestro dueño” del dramaturgo vallisoletano Jose Luis Alonso de Santos con
el ya desaparecido grupo de teatro iscariense Caratula del que yo era
integrante.
No
he venido aquí a contaros mi vida, como tampoco a hablaros de vuestra historia,
tradiciones y recursos potenciales, que son muchos y habeis sabido hábilmente
explotar y poner en valor merced a un inusitado entusiasmo y espíritu
emprendedor. De eso ya se encarga día a día vuestro cronista oficial, mi buen amigo
Angel Fraile.
He
venido a pregonar y anunciar a los cuatro vientos que Vallelado comienza sus
fiestas. Sus fiestas mayores en honor a la Exaltación de la Santa Cruz, también
conocidas como del Triunfo de la Santa Cruz. Una fiesta religiosa de la iglesia
católica y ortodoxa y otras denominaciones cristianas en la que se conmemora la
Cruz en la que fue crucificado Jesucristo.
Fiesta,
que manteniendo su origen religioso, en su día dio el giro hacia la denominada
la función popular. Función con la que cerráis el ciclo festivo anual que empezabais
allá por el mes de febrero con la festividad de Santa Águeda, la mártir
siciliana convertida en excelsa patrona de las mujeres, y ha continuado con
otras dos importantes celebraciones.
La
primera en el mes mayo, en honor a San Isidro Labrador, patrón de agricultores
y ganaderos a quien cada año festejáis con misa, procesión, subasta de ofrendas,
baile y tapas; y la segunda en el mes de julio, en honor a Santo Tomas Apóstol,
a quien está dedicado vuestro templo parroquial y que agasajáis con un magno
festival de danzas tradicionales, acertadamente conducido por el grupo Bieldo, que
sirve para exaltar vuestro producto estrella, el ajo de Vallelado, ese producto
hortícola autóctono que en breve disfrutara de una marca de garantía que sin
lugar a dudas os reportara un valor añadido.
Ahora
tocan las fiestas de la Exaltación de la Santa Cruz, y aunque la larga crisis
económica que padece España y que de alguna manera a todos nos afecta no invite
precisamente a muchas celebridades, desde este balcón quiero pediros que hagáis
un alto en vuestra rutina cotidiana, y dejando de lado preocupaciones y
problemas, salgáis a la calle y disfrutad de todas y cada una de las propuestas
contenidas en el programa que vuestros representantes en el Ayuntamiento han
preparado con mucha ilusión junto La Tahona y ASOMUVA, dos de vuestros
colectivos más activos, las peñas, vecinos y establecimientos hosteleros.
Un
programa participativo, dinámico y alegre, en el que manteniendo la tradicional
estructura “misa-toros-baile”, este año se ha querido ampliar el número y
variedad de propuestas con algunos cambios y novedades significativas que a
buen seguro han de resultar del agrado de todos, fruto precisamente de esa
implicación y desinteresado trabajo de muchas personas durante los últimos
meses. Algo que en estos tiempos difíciles que nos toca vivir, es de agradecer
y mucho.
Es
por lo que os pido desde aquí que disfrutéis y os divirtáis, eso sí con mucha
precaución, en las sueltas de vaquillas y vuestros ya clásicos encierros
nocturnos y camperos, así como en el concurso de cortes y el tradicional
festejo de rejones; bailéis hasta que vuestros cuerpos ya no puedan mas, al
ritmo de la música que marquen la charanga, la orquesta y las disco-movidas;
participéis en armonía y sana rivalidad en esas competiciones y concursos,
algunos no menos novedosos y originales que os han preparado; y repongáis
fuerzas para seguir la marcha con esas degustaciones gastronómicas, algunas de
singular tradición como esas patatas con carne que cada año preparáis con
esmero en el paraje de La Minguela.
Y
después de todo eso, pensad que la vida es para vivirla y disfrutarla, porque
como dice una conocida canción, “Solo se vive una vez”, y como decía el otro, “Al
año que viene…, pues Dios dirá”.
Pero
también, haciendo honor a vuestra sana y reconocida hospitalidad, no olvidéis acoger
con los brazos abiertos a cuantas personas estos días os visiten. Porque si por
algo son reconocidas vuestras fiestas, es por la generosidad con que somos
recibidos los forasteros.
No
quisiera terminar mi pregón sin dirigir unas palabras a Maria, Sara e Inna, las
tres jóvenes que vosotros, los chicos y chicas que nacisteis en 1995 y este año
alcanzáis la mayoría de edad, habeis querido sean ellas las Reinas de las
Fiestas de este 2013.
Jóvenes
que hoy, 12 de septiembre de 2013, bellas y radiantes de felicidad no solo
estáis viviendo una gran noche, sino una experiencia única e irrepetible. Pues
ser soberanas de vuestro pueblo, aunque sea de forma simbólica y por un periodo
de tiempo relativamente corto, como los eclipses, es algo que no sucede todos
los días.
Permitidme
os diga que pese a que el futuro que se vislumbra os va a exigir mucho trabajo
y sacrificio para conseguir las metas que os propongáis, disfrutéis y
aprovechéis este momento que ahora estáis viviendo. Comenzáis una etapa crucial
en vuestras vidas, una etapa más, que no será la última, sino eso, una etapa
más. Por ello os digo, no escatiméis esfuerzos y luchad con ahínco para ver
cumplidos vuestros sueños.
Pero
sobre todo, luchar por ser libres, por optar por aquello que es bueno, no ya
solo para vosotras, sino la comunidad a la que pertenecéis. Que la experiencia que
estos días vais a vivir contribuya a enriquecer un poco más vuestras vidas.
Y
a todos vosotros, vecinos y vecinas de Vallelado y todos aquellos llegados
desde los más diferentes puntos de la geografía provincial, autonómica y
nacional que esta noche nos acompañáis, sólo me queda desearos que viváis y
disfrutéis unas alegres y fantásticas fiestas.
Por
todo ello, antes de la estela luminosa de los cohetes de paso al estruendoso
anuncio festivo, porque así lo estáis esperando desde hace 365 días y porque también
es mi deseo, gritad conmigo:
¡Viva las fiestas de la Exaltación de
la Santa Cruz!
¡Viva Vallelado!
¡Que comience ya la fiesta!
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