Desde hace algún tiempo tenemos pendiente comentar un aspecto relativo al cementerio de nuestro pueblo. En la pared que mira al sur, por la parte exterior, más o menos en el centro, debido a la acumulación de tierra, se ha ido reduciendo la altura, de modo que sería fácil que una persona saltara adentro. Por esa razón, sería conveniente que con una máquina se quitara parte de esa tierra para que la pared recupere la altura que tuvo originalmente.
Y ya que hablamos de nuestro cementerio, dedicado a Nuestra Señora del Carmen, anticipamos que el año que viene se cumplirán 100 años de su construcción, en unos terrenos donados por doña Nicolasa Hurtado. Con tal motivo dejó de enterrarse en el camposanto anterior, situado junto a la ermita de Santa Ana, en el lugar que ahora ocupan la Residencia Hogar Betania y el Centro de Día, aproximadamente.
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