sábado, 1 de noviembre de 2014

UNA IMAGEN INTERESANTE

EL CEMENTERIO DE PEDRAJAS  EN EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS 
HACIA EL AÑO 1960

Josefina Capa García, una pedrajera residente en Barcelona, vino de visita al pueblo con motivo de la celebración del Día de Todos los Santos, en torno al año 1960. Disponía de cámara de fotos, algo poco habitual en aquellos tiempos, y se le ocurrió fotografiar a los niños de la familia, arrodillados en torno a la tumba en la que estaban enterrados los padres de Josefina, Santiago Capa y Andrea García.  

Los niños son, a la izquierda, Santiago González Capa, Ana María Velasco Capa (residente en Barcelona) y Ana González Capa, que nos ha facilitado la fotografía. A la derecha, Mari Carmen González Capa y Rosario Sastre Gómez.

La fotografía es muy interesante pues permite apreciar que en aquel tiempo, en esa zona de nuestro cementerio todos las tumbas estaban excavadas directamente en la tierra. Se ven además esas cruces de hierro fundido que predominaban en aquella época, aunque  hay también algunas cruces de piedra. El túmulo o montón de tierra sobre la sepultura aparece totalmente cubierto de flores, seguramente crisantemos, las flores tradicionales del Día de los Santos. En la cruz de hierro, una corona artificial de plumas y flores, con dos bandas en las que parece leerse “RECUERDO DE TUS HIJOS”. Por debajo de la banda derecha de la corona puede verse uno de los dos faroles que solían colocarse para alumbrar la sepultura. 

Me parece estar viendo, cuando era pequeño, a don Victoriano, cura párroco de Pedrajas, revestido con su capa de color negro, ir de tumba en tumba rezando los responsos por los difuntos y a los monaguillos recogiendo unas perras gordas que los familiares habían depositado previamente sobre la tierra. Las echaban en un bonete, un gorro de color negro, en redondo, que llevaban antiguamente los curas. Acompañando al cura y a los monaguillos, el sacristán, José Campelo, “Josele”, un niño sólo unos meses mayor que yo, cantando con voz cristalina el responso, en latín: Ne recordéris peccáta mea, Dómine…

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