Queridos convecinos:
Aun doliéndome de la situación económica que padecemos en España y particularmente en el pueblo, desde Barcelona os envío esta reflexión que afecta de forma específica a los jóvenes: La noticia es del lunes 27/01/2014.
“Varios países del norte de Europa ofrecen nueve mil plazas (9.000) a médicos españoles”. (Anteriormente se habló de cuatrocientas mil plazas en diversas actividades) Ofrecen trabajo bien remunerado, para ellos y para sus parejas. La intención es que se puedan integrar en esas comunidades; que se queden a vivir en ellas, creen familias, desarrollen su actividad intelectual, etc.
A nivel individual, mi más profunda enhorabuena a las personas, jóvenes y bien formadas, que sean agraciadas con un puesto de trabajo, aunque eso represente alejarse de sus familias, sus amigos y su entorno. Cualquier cosa es mejor que consumirse en la inactividad mientras esperan que llegue esa oportunidad más que merecida, mientras ven cómo se apolillan sus títulos y se desfasa su sapiencia.
A nivel colectivo, es decir, desde el sentir del resto de los españoles, mi más sentido pésame: Ellos son, en general, jóvenes y con formación. Se los regalamos a esos países por el módico precio de un salario, sin que contemos el resto de los factores:
Nos ahorraremos que aquí formen las nuevas familias, que demanden vivienda, escuelas para sus niños, hospitales… tampoco comprarán coches, ropa, muebles. Nos ahorraremos así mismo que atiendan a los mayores y sean el relevo en los mandos políticos; que crezcan entre nosotros en sabiduría y en buen hacer profesional. En definitiva que sean la savia revitalizante en el plano económico, social, cultural y político de esta sociedad.
A un árbol que se le cortan sistemáticamente las ramas jóvenes, acaba muriendo por inanición.
¿Qué nos está pasando a los españoles? ¿Seremos capaces de detener esta hemorragia?
Debemos poder.
Todo mi afecto.
Teresa González Lozano
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