Aunque en los últimos años se han mecanizado bastante las tareas de limpieza urbana, con una importante inversión del Ayuntamiento, ciertas prácticas municipales se han mantenido hasta ahora como cuando todo se hacía de forma manual. Sobre todo esa costumbre arraigada de dejar casi pelados al llegar el otoño muchos árboles de hoja caduca, aunque se hallen en lugares abiertos y su ramaje no pueda estorbar a ningún edificio.
En ese aspecto son los plátanos de sombra a los que más a raya se viene manteniendo todas las temporadas, pues, exceptuando los que hay en el parque, al resto se les ha seguido desmochando en esta época del año, o a veces antes. Y luego hasta bien entrado el verano no empiezan a cubrirse de hojas y a formar una incipiente copa.
Parece lógico que por su ubicación algunos árboles haya que recortarlos más o menos periódicamente (esto nadie lo pone en duda). Pero ¿tiene sentido continuar realizando tan drásticas operaciones anuales para no tener que hacer un poco más de limpieza en estas semanas, con la debida coordinación? Porque también lleva su tiempo y su trabajo efectuar todas esas podas, mover el utillaje necesario de un lado para otro, recoger los despojos y demás.
Con los medios de que ahora dispone el municipio, ya convendría ir adecuando o racionalizando esas labores en el pueblo, teniendo en cuenta que los árboles cumplen una importante función ecológica y que también contribuyen a mejorar o embellecer los sitios donde están ubicados (sobre todo los que se hallan en zonas verdes).
Jesús Barrios
No hay comentarios:
Publicar un comentario