ASÍ VIVÍ EL PEDRISCO DE PEDRAJAS HACE 60 AÑOS
Al pasar a la altura del pueblo de Llano, ya se veía a lo lejos la tormenta y según íbamos caminando más se aproximaba. Cuando faltaban unos 500 metros para llegar a los pinares, echamos a correr porque lo veíamos muy oscuro. Allí había unos pimpollos con ramas hasta el suelo y nos metimos debajo y nos tapamos con las mantas de campo y justo en ese momento empezó a descargar la tormenta, cayendo piedras del tamaño de un limón. Fue impresionante el ruido que hacían al caer, parecía el fin del mundo. Aquello duró unos 10 minutos, pero pareció una eternidad. Si esto nos llega a pillar en el descampado, allí habríamos quedado.
Cuando todo terminó, las ramas de los pinos estaban todas peladas, las piñas partidas en el suelo y gran cantidad de pájaros muertos.
Nunca podré olvidar ese día, por eso quería compartido con todos vosotros.
Un saludo desde Bilbao.
Carlos Martín Vega.
Cuando todo terminó, las ramas de los pinos estaban todas peladas, las piñas partidas en el suelo y gran cantidad de pájaros muertos.
Nunca podré olvidar ese día, por eso quería compartido con todos vosotros.
Un saludo desde Bilbao.
Carlos Martín Vega.
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