En nombre de mis hermanos, cuñados/as, sobrinos/as e hijas quiero transmitiros nuestro agradecimiento más sincero a vuestro apoyo en el día de ayer que tan duro fue para todos.
Ahora tendremos que aprender a vivir sin nuestros padres. Ya era difícil sin mamá y ahora será todavía más difícil, pero seguiremos adelante como ellos nos enseñaron. Mis padres han dejado un legado en nosotros que seguiremos conservando siempre e intentaremos transmitir a nuestros hijos. Ellos nos enseñaron a querernos, a estar todos juntos, a ser buenas personas y así seguiremos.
Como ya dijo mi hermano José Luis ayer, en el funeral, ante todo, cariño a los suyos y honradez es lo que nos han inculcado, y si de algo podemos estar todos orgullosos de nuestro padre es de que ha sido una persona con férreos principios y que ha vivido y nos ha enseñado a vivir acorde con ellos.
Nuestro padre no era una persona perfecta, tenía muchos defectos como cualquiera, pero sí ha sido buena persona, buen padre, buen marido, buen docente y muy buen amigo de sus amigos. Junto con nuestra madre, que era la persona más bondadosa y bella que haya conocido, formaban un tándem perfecto.
Muchos de vosotros nos habéis transmitido lo que ellos han representado en vuestras vidas y nos sentimos muy orgullosos de que en vosotros hayan dejado esa huella.
No puedo seguir escribiendo porque la tristeza y el dolor me embargan y porque no habría espacio suficiente para hablar de ellos.
Muchas gracias de corazón.
Marina Sanz Bermejo.
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