domingo, 8 de marzo de 2020

TEÓFILA GONZÁLEZ, EJEMPLO DE MUJER TRABAJADORA

Como reconocimiento a las mujeres de Pedrajas, en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, nos ha parecido apropiado volver a rendir homenaje a una mujer singular de nuestro pueblo, la señora Teófila González Jorge, muy conocida entre las persona mayores por ser la autora de la poesía "Un fenómeno atmosférico", compuesta con motivo del pedrisco que asoló Pedrajas en el verano de 1952.

Para ello nos valemos de la semblanza de su persona que escribimos con motivo del homenaje que el Grupo de Poseía de Pedrajas le rindió el día 3 de mayo de 1996.


TEÓFILA GONZÁLEZ JORGE

1912 - 1995

HOMENAJE DE PEDRAJAS DE SAN ESTEBAN, SU PUEBLO NATAL

3 DE MAYO DE 1996


1. BIOGRAFÍA DE TEÓFILA GONZÁLEZ JORGE

Teófila González Jorge nació en Pedrajas de San Esteban el día 6 de febrero de 1912. Su padre, Valentín González, también pedrajero, era abañador, es decir, se dedicaba a seleccionar las simientes, sometiéndolas a un cribado especial. Su madre, Juliana Jorge, era natural de la vecina villa de Alcazarén. 

Siendo una niña de sólo siete años de edad, entró a servir en casa de Agapito Arranz Basas, sacristán de Pedrajas. Allí, oyendo tocar el piano, le entró una gran afición por la música y el canto.

Cumplidos los dieciocho años, marchó a Madrid a servir en varias casas de gentes acomodadas. En su tiempo libre se dedicó a estudiar música, logrando aprobar el primer año de solfeo. Teófila recordaba que en aquel tiempo era capaz de dar el do de pecho tanto ascendente como descendente y que su voz valía para tiple lírica y dramática.

Trabajando en Madrid, la sorprende el estallido de la Guerra Civil, por lo que tuvo que pasar toda la contienda en la capital de España. Acabada la Guerra, regresa a Pedrajas y por haber estado en la zona republicana es encarcelada en Olmedo durante unos meses. En esos días tristes escribe una plegaria a la Virgen de la Soterraña, en la que expresa su profunda amargura y resignación:

Para amarte con decoro 
y sufrir con mucha calma,
un día yo recibí, 
de la corona una espina,
de las llagas un verdugo...

Un 24 de febrero de 1940 se casa con Juan Arranz Muñoz, carpintero de Pedrajas. Fruto de ese matrimonio serán sus hijos Rusbel, Benjamín y Neftalí. Además de realizar las tareas del hogar, Teófila dedica parte del tiempo a trabajar en labores del campo, como entresacar y descoronar achicoria y remolacha; en los veranos a espigar en los rastrojos, para poder cebar pollos y criar unas gallinas. Sus escasos ratos libres, sobre todo durante el invierno, los dedica a escribir versos y relatos.

Teófila y sus hijos, a trabajar como carpinteros, marchan en 1971 a vivir a Portugalete (Vizcaya). Allí transcurre la vida de nuestra poetisa hasta el año 1989 en que regresa a Pedrajas. Por no poder atenderla debidamente sus hijos, ingresa en la residencia de ancianos de Olmedo, donde acaba sus días el 3 de noviembre de 1995. Una vida resumida en estos sus versos:

Cual bola de nieve, en el mundo fui rodada,
mas el fuego de un dolor, disuelve la nieve blanca,
en agua se ha convertido, corriendo en arroyos marcha,
derecha va al mar, a buscar su marejada.
Así la vida corriendo, la nieve se disuelve
y el cuerpo a la tierra vuelve.

2. SU OBRA POÉTICA 

Teófila comienza a escribir versos hacia el año 1951, como expresión de un compromiso con el mundo en que vivía. Ella misma nos manifiesta esta intención en su poema "El despertar de una poetisa":

La mano coge la pluma
y con los dedos la guía,
el corazón va dictando,
el alma está sumergida.
Despierta, sueño dormido,
inteligencia cerrada, 
si sirves para poeta, 
callando no ocultes nada.

Que empuñe fuerte una pluma
y no descanse un momento, 
dando a conocer al mundo
lo que en España se ha hecho.

Dedicada a las labores del campo y al cuidado de sus hijos, aprovechaba para escribir los largos días invernales:

"Mientras el frío, las nieblas y las lluvias del invierno cubren la atmósfera... es muy tópico que el escritor o el poeta aficionado pueda distraerse algunos ratos, aprovechando la buena o mala inspiración que su mental le dicte. Yo, como tengo algo de afición, aunque sea un poco indisciplinada mi pluma... durante estos meses del invierno voy a ver si aprovechando algunos ratos del frío, sentada al fuego, puedo preparar alguna cosilla que pueda servir de algún provecho, pues en los meses de verano me gusta ir al campo a espigar o a cultivar la achicoria..."

El tema central de la poesía de Teófila es España y sus gentes, una patria desgarrada por la Guerra Civil.

España, hermosa ribera,
tus plantas pidieron agua
y se regaron con sangre 
de españoles en batalla.

¿A favor de quién escribo?
¿En contra de quién peleo?
Si son todos mis hermanos
los que en España cayeron.

Otro aspecto esencial de su poesía son las duras condiciones de vida que tenían que soportar en aquellos tiempos los jornaleros del campo:

No admiréis esta escritura
que sentada en una silla
algún rato entretenida,
a la sombra y muy tranquila,
se me va pasando el tiempo,
sin sed, ni sol, ni fatigas.

Envidiad a esas personas,
que sin descansar un día,
el rayo del sol las quema,
el rocío las alivia,
las acartona la escarcha,
el hielo las espabila
y son el ritmo constante
conque se sostiene la vida.

No faltan los poemas en que habla de los trabajos de las mujeres en el campo, a los que ella misma, como otras mujeres pedrajeras, se dedicó:

"Unas a espigar,
otras de rapazas, 
otras a arrancar
legumbres se marchan.

Con muchos trabajos
van por las mañanas,
al rayar el día,
muy de madrugada.

Y antes de que el sol
queme sus espaldas,
vuelven a sus casas
ya de la jornada.

Otros poemas de carácter más alegre son los dedicados a personajes populares de nuestro pueblo. Entre ellos destacaremos el dedicado a Perico "el Fresquero", vendiendo el pescado, casa por casa, a las mujeres de Pedrajas. 

Que lo regalo, Perico
con el carrillo corriendo
por todo el pueblo vendiendo
mi pescao rico que llevo.

Y entre los poemas dedicados a temas pedrajeros, uno por excelencia hizo famosa a Teófila, el dedicado al pedrisco que asoló nuestro pueblo en el verano de 1952. 

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