Hoy he podido leer el relato de una persona que ha sufrido un atropello en un carril bici, un suceso terriblemente desgraciado, lo que sin duda me lleva a solidarizarme con dicha persona afectada. Sin embargo, no puedo por menos que recordar un hecho que no por conocido, es menos necesario insistir sobre él. Un carril bici es para bicis.
El propio nombre lo dice, debería ser algo lógico, por tanto. Pero por desgracia, todavía hoy los ciclistas tenemos que ver cómo no sólo se nos invade un espacio que debería correspondernos por definición, sino que además hemos de asumir las culpas de un comportamiento irresponsable de algunos peatones.
Y es que los peatones no deben circular por un carril bici. Si en vez de un adulto se hubiera atropellado a un niño, probablemente el resultado hubiera sido más dramático, pero olvidamos que ni niño ni adulto deben circular por allí. Es cierto que la presencia de hombres a pie se ha extendido en este carril, lo cual no debe hacernos olvidar que se trata de un carril para bicicletas en el que sobran peatones.
El ciclista en cuestión, que por cierto está con el brazo en cabestrillo y que asegura que sí redujo la marcha al ver semejante imprudencia, estaba en su derecho de circular por ahí, a una velocidad acorde al tipo de vehículo que pilotaba. Si queremos regular el uso de esta vía, preguntémonos por qué demonios los peatones tienen que utilizar este carril, y si lo que queremos es pasear, pavimentemos una acera, pero basta ya de faltar el respeto una y otra vez a los ciclistas. Esto no es de recibo.
Juan Martín Salamanca.
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