domingo, 27 de enero de 2013

CARLOS


Permítanme presentarme:

Yo conocí a Carlos de grande porque era su primo de América. Para ser más preciso, sobrino carnal de mi tía Balbina y en consecuencia primo de Fuencis y Javier.

En la década del 70 y en pleno noviazgo de Carlos y Fuencis, yo aparecía en Pedrajas en mis viajes de trabajo, ya que todos mis destinos en Europa pasaban siempre por Valladolid. Vivo en América desde el año 50 en que mis padres emigraron. 

Ahora bien, de Carlos puedo decir que siempre me impresionó su intelectualidad. Con un aire de revolucionario pasivo, discutimos frecuentemente sus ideas confrontando con las mías. Corrimos algunas juergas en mis esporádicas visitas. Lo consideré un librepensador y creo que con su capacidad intelectual y grado de educación debió de tener una mayor transcendencia de la que yo le conocí.

Yo extrañaré en mis futuras visitas su capacidad y claridad para actualizarme sobre lo que pasa o pasó en mi querida España. De veras lo extrañaré.

Chao, Carlos, y hasta cualquier momento.

Rafael Martín Barbero. 
Punta del Este. 
Uruguay.


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